Así es, parece que al avión destruido pertenecía al cártel de Sinaloa y era utilizado por uno de los principales lavadores de Joaquín, El Chapo, Guzmán.
Según Reforma, el avión que fue derrumbado el 4 de noviembre por el gobierno venezolano pertenecía al Chapo. El hombre que lo utilizaba era Manuel Eduardo Rodríguez Benítez también vinculado con la red de empresas virtuales que blanqueó 3 mil 500 millones de pesos en la venta de facturas falsas.
Si bien recordamos, al momento de saberse del derrumbe de este avión no se supo en los medios mucho de él o de su tripulación, pero el chisme al final se puso así:
El director regional de la DEA en México, Paul K. Crane, denunció en el 2012 ante la PGR a Rodríguez Benítez por operar cantidades millonarias de dinero ilícito para el cártel de Sinaloa.
Pues bueno, después Gobierno de Querétaro, identificó a este hombre como uno de los cinco pasajeros del avión Hawker 25, matrícula XB-MGM, destruido en Venezuela.
Después de que la DEA denunciara a Rodríguez, la SEIDO descubrió que tenía relación con el caso de las empresas desmanteladas en Polanco por vender facturas fraudulentas (¡chan chan chan!)
Según Reforma, los documentos muestran que, del 17 al 23 de septiembre Comercializadora y Distribuidora PVL, una de las compañías desmanteladas, realizó varios depósitos por un total de 17 millones 900 mil pesos y uno de los receptores fue Zocle Mercantil.
Desde hace siete meses, Zocle Mercantil y Rodríguez eran sujetos de una investigación de la DEA por movilizar dinero de narcotraficantes sinaloenses y colombianos (parece que la cosa se pone cada vez más grande…sin albur).
La DEA reportó a la SEIDO que el 30 de julio de 2013 el Cártel del Norte del Valle de Colombia transportó 192 mil 887 dólares de Nueva York a San Diego, California, en una aparente entrega controlada, para depositarlos a tres beneficiarios (entre ellos Zocle Mercantil).
Según la DEA, Rodríguez introduce dinero del narco al sistema financiero y lo transfiere a nuestro país favorito para hacer negocios chuecos: Estados Unidos. Introduce este dinero en favor de la empresa Platinum Express Services Inc., empresa que a su vez deposita recursos a otras como a la dichosa Zocle Mercantil, para dispersar los activos en varios países como Canadá y China (como si fuera un caso de película).
Ahora, si ustedes se acuerdan (aquí está nuestra nota para que refresquen su memoria), en octubre pasado, la PGR desmanteló en Polanco un conjunto de empresas virtuales que expedían facturas sin prestar ningún tipo de servicio y devolvían a sus clientes un 80 % del dinero (es decir, se dedicaban a lavar dinero) en operaciones de defraudación fiscal que el SAT denomina «fraude carrusel» y en cuyo fraude están envueltos varios partidos políticos y las dichosas tarjetitas Monex (que por cierto, el IFE dijo que ya nos la pelamos y que no pasará nada sobre eso).
Por este caso fueron consignados al Reclusorio Norte el empresario Carlos Ambe Buzali y el mensajero Pedro Vega Jiménez, quienes negaron estar implicados, ya que el nombre del primero no está en actas constitutivas y el otro, alega robo de identidad (es como la Planta Nuclear de Springfield en cuyo diagrama a la cabeza está un lindo canarito).
Al mismo tiempo, están prófugos Minerva Yadira Mendoza Santamaría, Frida Cassad Dahab, Abud Magar Amike (o Amkie) y José Mustri Tuach (o Tuachi), acusados de delincuencia organizada y lavado de dinero.
¿Y el avión?
El avión tenía apenas tres semanas de haber sido adquirido por el principal lavador del «El Chapo» Guzmán.
Manuel Eduardo Rodríguez compró el avión Hawker 25 en México y usurpó una identidad para finiquitar la operación de compra venta.
Según Reforma, la investigación ha comprobado que son falsos los nombres de los pilotos Alfredo Chávez Padilla y Mauricio Pérez. No así el de los pasajeros Susana Bernal Rivas, Adriana Gesabel Cruz Méndez, Isaac Pérez Bonn y Sergio David Franco, quienes acompañaban a Rodríguez Benítez.
Todos acudieron a declarar a la PGR y dijeron que el avión había volado a varios puntos del país y de Sudamérica porque el dueño les había dicho que pretendía «acumular millas» (¡ah, bueno!, así hasta yo me subo). Los cuatro quedaron en libertad porque no se encontró elementos en su contra (además de una ingenuidad inaudita).
Y bueno, Rodríguez Benítez sigue prófugo de la justicia.
