Ahora sí ya no falta nada para el Corona Capital. El Coachella de los pobres. El Lollapalooser del metro Pantitlán. El Glastonbury de la Curva 4. En su quinta versión está mejor que nunca. Por ahí pasaron por primera vez en México los Pixies, Portishead, New Order y los Queens of Stone Age. Este año el plato fuerte se llama Beck David Campbell, mejor conocido como Beck Hansen, a quien le gusta ser llamado simplemente Beck (no confundir con Jeff Beck).
A sus 44 años de edad y con 29 de carrera, Beck se enfrentará por fin al bonito y fiel público mexicano. Bajo el brazo trae su última placa (sic) Morning Phase. Que discasasasasazo, no le sobra nada, no le falta nada. Está perfectamente bien grabado, que cosa. Me gusta todo, pero en especial no puedo dejar de escuchar “Say Goodbye” y “Country Down”. No es el artista que viene mil años después a México donde sólo esperas los éxitos y que se evite su nuevo material. Evidentemente aventará todos sus hits. Para mí, si no toca “Sexx Laws” y “Mixed Bizness” del Midnite Vultures les adelanto que ese concierto será un fraude. Qué par de temas, funky shit a tope.
El resto del lineup está tremendo. Mucho mejor que los grandes festivales americanos. Lollapalooser es muy para gabachos. Este año los headliners fueron Eminem y Outkast, muy gringo. En el tercer renglón del cartel ya no ubicas quienes son. En el Corona, si bien la mayoría de los “actos” son estadounidenses, hay una presencia fuerte de bandas británicas además de artistas de Suecia, Islandia, Dinamarca, Canada, Irlanda, Noruega, Australia y Rusia. El boleto comprado en fase 1 sin cargos en la taquilla del Dormitorio Nacional costaba $1,428 nuevos pesos. Como dijo lagrimita “Que baraaaaaaaaato”. Coachella 2015 compra anticipada cuesta $375 bucks por 3 días. Si fuera de dos días por regla de 3 costaría $250 de los verdes (($375*2)/3), que en pesos serían $3,250. Más del doble que el abono para el Corona. Súmale avión y hotel, no tiene sentido. Hace un par de semanas los Queens of Stone Age en el Pepsi Center costó $750 pesos. Por el precio de una sola banda en el Corona puedes ver 50, si tienes el poder de la omnipresencia claro está.
Como desgraciadamente no tengo ese poder, el sábado sólo veré a 4 bandas, pero valdrá la pena totalmente. El primero será Sean Lennon el hijo pródigo de John y Yoko con su banda simplemente llamada The Ghost of a Saber Tooth Tiger, malditos hipsters. Añoraba que viniera a México, y solamente se puede a través de un festival. Si fuera un toquín de él solo en el Salón 21 no creo que venda ni 100 boletos. Con Cibo Matto grabó aquella joya de 1999 llamada Stereo Type A y como solista me fascinan sus 3 discos en especial el Friendly Fire del 2006. Una maravilla, la canción “Parachute” dice “Love is like and aeroplane, you jump and then you pray, the lucky ones remain, in the clouds for days”. Osom! GOASTT es su proyecto con su propia Yoko, Charlotte Kemp Muhl, una super mami.
Al finalizar correré al Bizco Club a ver al Hercules & Love Affair, son lo máximo. Qué modernidad de música, no se puede pedir más para bailar. Está fatal que sea a las 5:00 de la tarde, era perfecto para cerrar ese escenario con fiesta total. Lo cerrarán los Horrors, qué horror. Luego me enfilaré hacia Weezer. Su regreso a México después de aquel épico concierto en el Palacio de los Rebotes en el 2005. Su disco azul y el Pinkerton marcaron mi alcoholescencia. Tanto que en el 2012 me lancé con unos brodys al crucero que organizaron, llevamos playeras del Veracruz para todos.
Al conlcuir Weezer, no se despegue pues los co-creadores del Trip-Hop, Massive Attack, tocan en el mismo escenario. Su primera vez en México fue memorable en las bodegas del Palacio en el 2004. Luego los vi en el Dormitorio Nacional en el 2010 en la sección de hasta arriba de hueva. Todo mundo sentado y no te dejan meter tus chelas. Ya no fui al Metropolitan ese mismo año. No traen disco nuevo por lo que, si cruzamos los dedos, probablemente sea un combo de grandes éxitos del Blue Lines y el Mezzanine. Al agotarse su última nota vámonos antes de que me cierren el metro, Jack White me vale 8 kilos de mejor no les digo de qué.
Ya me cansé, pero todavía falta el Dormingo. Podría ver a los Temples en el bizco un ratito en esa onda psicodélica me gustan incluso más que Tame Impala. Posteriormente de nuevo me estacionaré en el escenario Doritos. Primero Kasabian, quienes vinieron con su segundo disco a una fiesta memorable en un Suburbia (“moda para la vida real”, amo su slogan) abandonado que estaba frente al parque México. Lo organizó Nokia y también tocó The Rapture. Ese mismo día del otro lado de la ciudad en Santa Fake se celebró el primer MX Beat que como acto principal tuvo a Phoenix cuando todavía eran cool. Kasabian regresó al Vive Latino, yo pensaba que eran ingleses, pero si tocaron en el Vive han de ser Argentinos. El nuevo disco de Kasabian lo he intentado pero no he podido. Un par de momentos, pero hasta ahí. Sus primeros dos discos son enormes, y quién sabe qué hubiera pasado si no se hubiera salido de la banda Christopher Karloff su principal letrista y guitarrista. Otro dato al azar es que Kasabian toma su nombre del apellido de Linda Kasabian, miembro de la familia Manson involucrada en el asesinato de Sharon Tate la esposa de Roman Polanski.
Después me tendré que soplar a Foster the People. No entiendo qué hacen ahí. Qué pesadilla. Más sabiendo que Damon Albarn (qué se me hace que es primo de Rubén Albarn el cantante de Café Tacvba) estará tocando en otro escenario su fantástico disco de solista más canciones de Blur, The Good the Bad and the Queen y Gorillaz. Abrí una petición en línea para que cambien de lugares Foster the People y Damon, pero llevo muy pocas firmas. Si me apoyan pasen por aquí: http://www.ipetitions.com/petition/damon-albaran-en-vez-de-foster-the-people. El problema es que si te vas a ver a Damon, cuando regreses a Beck estarás a un kilómetro del escenario. Ni modo, ya regresará Damon. Prefiero aguantar ahí y ver a Beck relativamente cerca y esperar la catarsis colectiva cuando venga “Looser”.
Por @hombregratis
