Francia pelea casi sola y aquí te damos la información para entender el conflicto.
Primero que nada: ¿dónde está Malí?
Malí se encuentra en la región Norte de África, la zona que hasta los años sesenta fue una gran colonia francesa.
Malí dejó de ser colonia en 1960 y a partir de entonces su política estuvo alineada por el bloque soviético. Es por esto que las relaciones con Europa y Estados Unidos siempre han sido difíciles. Sin embargo, a partir del 2002, se ha intentado establecer una forma democrática de gobierno lo que ha hecho que Malí refuerce sus relaciones con Estado Unidos y Francia.
Malí es ahora un estado secular, a pesar de que la mayoría de que el 90% de los habitantes son musulmanes, sin embargo, sus leyes sí que están relacionadas con el islam pues procesos como el matrimonio o el divorcio están contemplados por la ley dentro de un contexto islamista pero muy relajado.
El problema en este momento (y desde hace unos años) es que grupos islámicos han tratado de hacerse del poder en toda la zona norte de África, incluyendo Malí. Se reducían primero a pequeñas células de una organización llamada “Grupo salafista para la predicación y el combate”, pero en 2003, la organización se unió con Al Qaeda y cambió de nombre. Así este grupo pasó a llamarse (por bautismo de Osama Al Qaeda del Magreb Islámico o Al Qaeda del norte del África Islámica (AQMI).
Éstas son sus zonas de operación
Las células de este grupo en la región del norte de África, en los años recientes, se fracturaron debido a luchas por el poder, por ello, esta zona no sólo ha sufrido los actos terroristas de la organización sino que además ha tenido que estar en fuego cruzado por las luchas intestinas de los extremistas.
Así que el problema es que estos grupos extremistas han avanzado mucho. Hasta la semana pasada, los extremistas dominaban dos terceras partes del territorio de Malí y aplican una ley islamista completamente intransigente que incluye decapitaciones, amputaciones, lapidaciones y ejecuciones públicas. La gente de Malí ha reportado que en la zona se han desatado terribles carnicerías.
La semana pasada, los yihadistas tomaron la estratégica ciudad de Konna, en el centro del país. (La Yihad es un decreto religioso de guerra que obliga a los creyentes a extender el Corán y la ley de Dios a todo el mundo, esta ley es interpretada de muchas formas, una de ellas es la extremista, la de tomar las armas y asesinar a todo el que no siga la ley divina del Corán, así, de todos los islamistas (musulmanes) sólo algunos son extremistas).
Ante esta situación, el gobierno interino de Malí ha gritado por ayuda a Francia y a la ONU pues su situación ya es insostenible.
Francia ya ha respondido al llamado. Al principio de la semana pasada, el presidente francés, François Hollande, no se había pronunciado al respecto y se había limitado a sacar a su personal diplomático de la zona, sin embargo, debido al giro que los acontecimientos tomaban, Hollande se vio obligado a desplegar tropas y en conferencia de prensa, declaró que: “Las fuerzas armadas francesas han aportado esta tarde (del 11 de enero) su apoyo a las unidades malienses para luchar contra esos elementos terroristas”.
Tropas francesas se preparan para el ataque en Malí
¿Pero por qué Francia?
Como dijimos, Malí fue colonia francesa por muchos años, y su relación comercial y cultural (para bien o para mal) es muy fuerte. Al conocer la intervención francesa en la zona, muchos diplomáticos pusieron el grito en el cielo, interpretando la entrada de Francia al conflicto como una nueva colonización, como si Francia hubiera llegado al Magreb (otro nombre para la zona norte de África) para defender a sus empresas solamente.
El gobierno Francés, sin embargo, ha manifestado que su intervención en la zona se justifica por la protección de los más de 6 000 franceses que habitan la región, además, es cierto también que Francia no se pude dar el lujo de permitir un estado islamista casi a las puertas de Europa, por eso ha actuado rápido. Francia ha sido permanentemente amenazado por el terrorismo islámico cuyos grupos representantes han causado la muerte de muchos franceses a lo largo de décadas.
Sin embargo, Francia insiste en que ésta no es una guerra que deba pelear sola y ha tratado de que otras naciones apoyen en el conflicto, pero las potencias se han mostrado muy indecisas durante los momentos críticos de la lucha contra los extremistas. Estados Unidos y Alemania son los que más precavidos se han mostrado ayudando sólo con efectivos médicos y ayuda de inteligencia.
La OTAN no ha dado un paso conciso tampoco y cuando parecía que Francia luchaba sola, sus aliados francófonos decidieron enviar efectivos militares apenas hace unos días. Bélgica ha dado un paso adelante y ha mandado apenas 70 soldados a la zona. Nigeria, Togo, Níger, Senegal, Burkina Faso y Benín han ofrecido más de mil soldados por lo que los periódicos comienzan a llamar a esta guerra “una guerra francófona”. Una guerra que ya ha causado 150.000 refugiados en los países vecinos (Mauritania, Níger, Burkina Faso y Argelia) y 230.000 desplazados en el interior del país.
Mujeres de Malí saludan a las tropas francesas
Sin embargo, las potencias se han visto acorraladas por un suceso reciente: el secuestro de una empresa de gas en Argelia, vecino de Malí.
Un grupo armado llegó la madrugada del 16 a la empresa de gas Stoil y atacó un autobús que transportaba a empleados de la planta después fue tomada.
Los rehenes fueron 40 empleados extranjeros de muchas nacionalidades (japonesa, estadounidense, francesa, irlandesa, británica, noruega, y más) y unos 150 trabajadores argelinos. Los responsables son extremistas desligados de la Al Qaeda magrebí, lo cual aumenta la alarma y a los enemigos. Los responsables han declarado que han secuestrado la planta en respuesta al apoyo argelino a las tropas francesas en Malí.
En la mañana de este día tropas argelinas han intervenido en la situación asaltando la empresa de gas para tratar de recuperarla, el enfrentamiento ha llevado todo el día de hoy. Hasta ahora 30 rehenes han muerto (incluidos 7 occidentales) y 11 islamistas también han perdido la vida.
Francia ha volteado a decirle al mundo que esta guerra le concierne a toda Europa y ha tratado de recibir más apoyo, especialmente de Alemania, y, dadas las circunstancias, la presión es cada vez más fuerte: “Lo que está pasando en Argelia justifica mi decisión de intervenir en Malí”, afirmó el presidente francés, esperando que sus palabras hagan eco en una comunidad europea cada vez más fragmentada.
La empresa dedicada a la producción de gas secuestrada en Argelia
En este momento los habitantes de Malí pasan por una situación muy difícil. Por un lado, En 2012, grupos islamistas dieron un golpe de estado en el país, provocando una anarquía total. Ha habido reportes de que la gente, cansada del caos de un gobierno sin pies ni cabeza, se ha unido a la cruzada de los extremistas y muchos líderes de tribu han pactado con ellos. Sin embargo, la práctica del islam en Malí siempre ha sido relajada, y ahora, los yihadistas tratan de instaurar una forma de culto mucho más extrema y esto puede llevar a un fracaso de las fuerzas europeas como el que ocurrió en Iraq por la misma razón: en resumen, la unión entre líderes de tribu y extremistas sólo puede sostenerse si tiene una base de gente que la apoye, y ese apoyo sigue siendo muy limitado.
Puede ocurrir que la presión militar, la matanza de los cabecillas y el rechazo popular, vuelva a convertir a los musulmanes extremistas de la región en secuestradores y ladrones de desierto otra vez, o bien, que la cruzada se extienda en la región provocando un baño de sangre.
El enemigo es escurridizo y está fuertemente armado pues muchos de los combatientes lucharon como mercenarios del comandante Gadafi. Libia se convirtió en ese momento en un bazar de armas.
Francia sigue rogando por ayuda internacional mientras Malí se incendia en una cruzada ciega.
Por: Pertubator