Pablo Escobar, el narco colombiano más famoso de la historia, también tuvo su sentido del humor o por lo menos eso parece en libro que salió de su hijo titulado Pablo Escobar, mi padre y en el que muestra cómo uno de los narcos más buscados por el Gobierno estadounidense se fue a pasear a Washington y hasta se pudo tomar una foto frente a la Casa Blanca sin que le pasara nada.
Según El País, en el libro el hijo del líder del cártel de Medellín recuerda varias facetas de la vida de su padre, por ejemplo, que llegó a tener tanto dinero que en las piñatas, en lugar de dulces, metía fajos de billetes. También mandó a construir la Hacienda Nápoles, mansión en la que tenía elefantes, avestruces, rinocerontes, jirafas, etcétera. Además de los animales salvajes tenía una colección de autos deportivos y otra de motos, dos jets y dos helicópteros (aaawww, yo ni bici tengo).
Una de las revelaciones del libro es que el contacto en Estados Unidos para meter la coca era el cantante Frank Sinatra, quien ha sido muchas veces relacionado con la mafia italiana.
Las actividades de Escobar eran rastreadas por la agencia anti-drogas de los Estados Unidos (la DEA). Escobar se jactaba de jugar con esa agencia. En una ocasión la DEA interceptó un cargamento de jeans impregnados de cocaína. El colombiano siguió enviando los siguientes meses los mismos jeans sin droga, sólo para que cada semana los agentes tuvieran que registrar cada prenda.
Pero no se quedaba en este mero trolleo, además comenzó a ir a Miami para supervisar personalmente el negocio y comprar propiedades allí. Pero no se crean que hacía demasiado para no ser capturado en Estados Unidos, de hecho ni siquiera se ocultaba, él llegaba a la aduana, enseñaba su pasaporte y le decían “Bienvenido a los Estados Unidos señor Escobar”. En casi todos los viajes cargaba con cientos de miles de dólares y nunca se los requisaron.
Mientras que la DEA lo buscaba como loca para detenerlo, él entraba a Estados Unidos como si nada. Es más, en alguna ocasión se fue con su hijo a Disney World y en otra se fueron a conocer Washington DC. Escobar se fue a pasear a la Casa Blanca (ahí se tomó la foto, en ese momento Ronald Reagan era presidente).
Pero si ese no es suficiente trolleo, Escobar se fue a pasear al edificio de la sede del FBI (ese sí es trolleo nivel Kamisama), aunque ahí sí utilizó un documento falso para ingresar (la mujer y el hijo sí entraron con sus identificaciones reales).
Y bueno, lo demás es historia, Escobar entró a la política, se extendió a Europa, pero luego comenzó a tener problemas con el gobierno colombiano, le declararon la guerra y murió en un enfrentamiento. La figura de Escobar es legendaria y ahora no sólo la recordamos por llegar a controlar el 80% de toda la cocaía que se movía por el mundo, sino también por su faceta de ser el troll más grande que ha tenido el Tío Sam.
@plumasatomicas