Treintones, veinteañeros, adolescentes con papás; la fiesta era all inclusive y un amplísimo rango de edad disfrutó de Capital Cities al por mayor.
Antes del inicio de la tercera presentación de Capital Cities en la Ciudad de México, Technicolor Fabrics fueron los encargados de hacer a la gente preparar sus mejores pasos para una noche que no dejaría de contar con piezas bailables.
Posterior a los capitalinos, desde su primera canción, el dúo norteamericano hizo notar que nadie estaría tranquilo esa noche, abriendo con “Kangaroo Court”, que provocó que todo el público bailara. En la entrada de lugar, madres desesperadas estaban buscando un lugar hasta delante de la valla para sus hijos, quienes nunca dejaron de gritar y bailar. La cantidad de menores en el lugar fue un factor para que casi no hubieran fumadores, por lo tanto, había casi nada de humo detestable en el recinto, cosa rara para el José Cuervo Salón (por favor que se quede así).
Durante la noche, las coreografías que la gente se sabía a la perfección fueron algo sumamente divertido, que hizo parecer a todo el salón una gran pista de baile, con canciones como “Chartreuse” y “Center Stage”.
Justo cuando los padres parecían no poder aburrirse más por la emoción de sus hijos, llegó el cover de “Staying Alive” que hizo que absolutamente todas las generaciones presentes en el José Cuervo Salón bailaran, unos por la versión original y la mayoría porque yolo.
El público enloquecía con cualquier sonido que saliera de la trompeta, ya fuera un solo o un puente de alguna canción del único disco de Capital Cities hasta el momento.
Para que nadie se quedara con las ganas, tocaron dos versiones de “Safe & Sound”, la original y otra –superatascada/dubstep- que terminó por reventar la noche. Incluso. después de que prendieron las luces, la gente no paraba de gritar el coro de la más famosa canción de Capital Cities. Como si fuera arte de magia, cada escenario que Capital Cities pisa, se convierte en una escena de baile, y la Ciudad de México no fue la excepción.
Por: Federico Franco
Fotos cortesía OCESA
