Durante la administración de Vicente Fox se creía que el narcotráfico era un problema en algunas zonas del país y parecía que no era un problema grave. Hoy, a casi seis años del inicio de la presidencia de Felipe Calderón y su famosa Guerra Contra el Narcotráfico, la cual, sin ninguna estrategia, ha dejado a cerca de sesenta mil muertos en menos de un sexenio.
Esta semana, amanecimos con la noticia en la que el periódico El Universal nos informó que la organización criminal conocida como “La Familia” está infiltrado en las autoridades de municipales de Nezahualcóyotl, Estado de México y fuerzas federales de la región, de modo que ahora, el grupo delictivo domina Ciudad Neza.
Varios funcionarios anónimos –por razones de seguridad– de la Procuraduría General de Justicia de estado y el ayuntamiento hablaron con el periódico en una entrevista: “Pero no sólo la policía de Nezahualcóyotl, también la Secretaría de Seguridad Ciudadana y la Policía Federal, incluidos agentes del Ministerio Público federal de la región”.
Los reportes de la Inteligencia federal destacaron que “La Familia” utiliza a varios funcionarios de la policía municipal para extorsionar a comerciantes establecidos. Los dueños de los comercios ya no pueden acudir a las autoridades, pues poco pueden hacer cuando saben que están infiltradas por el crimen organizado.
Uno de los entrevistados, parte de la administración del alcalde José Salinas Navarro, señala que la violencia en el municipio es grave y desde hace tiempo se necesita el apoyo del ejército y la policía federal, “(…) pero no la podemos solicitar por cuestiones políticas, de imagen institucional”, aclaró.
Otros reportes de la Inteligencia indican que además de “La Familia”, también están presentes Los Zetas y el cártel de Los Arellano Félix. Este reporte lo desmintieron los entrevistados por El Universal, quienes aclararon que son impostores y sólo opera La Familia Michoacana.
Lo más triste es que la policía local ha sido infiltrada a tal nivel que los directores y mandos policiacos, y hasta los presidentes municipales, son los que protegen al grupo criminal.
A pesar de los intentos de la administración del gobierno federal y las administraciones locales de contener la corrupción y expansión y control de los grupos criminales, claramente han fracasado. Antes se creía que la capital y el resto del área metropolitana eran las zonas más seguras del país, pero ahora es más que evidente que ninguna parte del país queda fuera de la crisis por la que vive México.
Con información de El Universal