A primera vista este hombre no tiene nada de especial: se parece a miles de personas que desafortunadamente viven en situación de calle… pero hay algo que lo ha hecho acreedor a tan mugriento título.
Ludvik Dolezal es un indigente de República Checa cuyo hábito de enterrarse en cenizas calientes para mantenerse calientito todas las noches lo ha dejado con un característico color carbón en la piel, por tan interesante táctica de supervivencia recibió el título de “El hombre más sucio de Europa”.
Para entrar en calor, Ludvik se la pasa queme y queme… no piensen mal, no quema de la que es legal en Uruguay, sino todo lo que encuentra en su camino. Antes de dormir hace su cama de brasa en una granja abandonada: todo para lograr pasar de la manera más cómoda las gélidas noches en República Checa.
“Un día decidí dejar mi trabajo, hace años. Desde entonces me he estado alojando aquí, con el fuego”.
“Me acuesto con cenizas calientes en mi ropa y me tapo para mantenerme caliente. Me veo como el infierno. Tenía colchones, pero quemé todo. La gente me ayuda y trae llantas viejas”, comenta Ludvik, a quien la contaminación en China y el DF le hacen los mandados.
Para que chequen lo curtido que está en cuestiones pulmonares, Dolezal se fuma diariamente un paquete de cigarros… sobra decir que tiene una obsesión con el fuego y las cenizas, así que mejor nunca invitarlo a echarse una pestañita en casa.
Ah… se preguntarán, ¿indigente y fumando diario una cajetilla de cigarros… con lo caro que están….?, pues el costoso vicio y todo lo demás que necesita para vivir, proviene de una pensión mensual que le ofrece el gobierno: 146 dolaritos… sí, se los quema de volada.