A lo largo de nuestra vida hemos escuchado infinidad de historias de amor, pero pocas como la de Ian y Larissa. Si son sensibles vayan por sus pañuelos, porque los van a necesitar.
Se dice que el amor verdadero es capaz de vencer cualquier obstáculo, y sin querer parecer cursis, esta pareja es la mejor prueba de ello.
Ian y Larissa se conocieron en 2005 cuando ambos estudiaban en una universidad en Pensilvania y desde el primer momento hubo una conexión muy especial entre ambos. Se hicieron novios y durante los primeros 10 meses de su relación la pasaron tan bien, que decidieron que se casarían en cuanto ambos finalizaran su carrera a finales del 2006.
Sin embargo, su plan se vino abajo cuando el 30 de septiembre del 2006, Ian conducía hacia su trabajo en Pittsburgh y se vio implicado en un terrible accidente de tránsito que le provocó una severa lesión cerebral y debilitante
Al enterarse de lo sucedido y ver el avanzado grado de afectación que sufrió Ian, Larissa Murphy vio cómo el futuro que había planeado a lado de su novio se derrumbaba estrepitosamente. Muchas en su lugar hubieran preferido hacerse a un lado y seguir su vida, sin embargo, Larissa decidió permanecer junto a él y ayudarlo a salir adelante, por lo que se fue a vivir con Ian y su familia, y se prometió a sí misma que si lograba volver a comunicarse de nuevo con Ian, entonces se casarían.
“Si pudiera comunicarse conmigo entonces podríamos tener un matrimonio, pero siempre y cuando Ian pueda hablar conmigo”.
En un principio esta comunicación era nula, pero eso no impidió que siguieran saliendo y que Larissa guardara la secreta esperanza de que las cosas cambiarían.
“Yo sabía que esto sería así , ¿yo sabía que me amaba? Mirando hacia atrás, él no podía hablar ni comer, así que es probable que nuestra relación fuera rara. Comenzamos a salir de nuevo y la pasábamos de maravilla, yo hablaba con él todo el tiempo”.
Mientras la condición de Ian fue mejorando lenta pero considerablemente, su padre se enfermó y le fue diagnosticado un tumor cerebral. Los deseos que tenía el padre de verlo casado, junto con la notable mejoría de Ian, fueron los detonantes para que Larissa iniciara los trámites de boda.
Como legalmente Ian es incapaz de tomar por su cuenta la decisión de casarse, Larissa lo llevó ante un juez para obtener la aprobación y poderse casar.
El juez dio el visto bueno y les dijo:
“Ustedes dos ejemplifican lo que es el amor total. Creo que el matrimonio no sólo le beneficiará a ustedes, sino a toda la comunidad; espero que todos en esta ciudad vean lo que es el amor por los demás”.
Ambos se casaron, aunque lamentablemente el padre de Ian murió poco antes del enlace.
Así estuvo el bodorrio, no sabemos si dieron mole con pollo y arroz, pero se ve que estuvo buena la pachanga:
Ahora Larissa debe esforzarse pues será el sostén de su nueva familia.
“El dolor ha sido residente constante en nuestra vida. Mientras el resto del mundo sintetiza sus recuerdos en cosas divertidas, nosotros lo hacemos desde el antes y después del accidente de Ian.
Hemos visto a nuestros amigos casarse y tener salud; he visto como mis amigas y hermanas encontraron maridos que podía bailar con ellas en sus bodas y que las llevan a la iglesia el domingo por la mañana .
He visto a mi suegro luchar y perder la batalla contra el cáncer cerebral, pero la vida sigue”.
A pesar de todo, Larissa dice que todo ese dolor ha valido la pena, pues se casó con el amor de su vida.
El video de esta historia se ha vuelto viral alrededor del mundo.
Esta historia nos enseña que sin importar las adversidades, al final el amor real y desinteresado puede salir avante de cualquier contratiempo del destino.