En el marco de la decimocuarta edición del Festival Internacional de Cine de Morelia pudimos disfrutar del estreno en nuestro país de la cinta La Chica del Tren, adaptación cinematográfica del exitoso bestseller homónimo escrito por la británica Paula Hawkins en el 2015. Las altas ventas de la novela hicieron que sus derechos fueran adquiridos rápidamente para realizar esta adaptación.
El director de la cinta es Tate Taylor cuyo trabajo mejor logrado es The Help (2011), que recibió excelentes críticas por el retrato de personajes femeninos, algo que no vemos muy seguido.
En una función de gala, el festival contó con la presencia del actor venezolano Edgar Ramírez quién presentó la película y tuvo una sesión de preguntas y respuestas con el público.
La cinta cuenta la historia de Rachel, interpretada por Emily Blunt, una mujer alcohólica que no puede dar vuelta a la página de su divorcio, ya que diario pasa en tren por su antigua residencia, donde ahora su exmarido Tom (Justin Theroux) vive con su nueva esposa Anna (Rebecca Ferguson) y la hija de ambos. Para evitar el sufrimiento de ver a una nueva mujer en su antiguo hogar, Rachel se ha obsesionado con Megan (Haley Bennett) y su pareja Scott (Luke Evans), sus vecinos, sobre quienes ha creado una historia de amor perfecta sólo con verlos por unos segundos al día.
La obsesión se torna oscura cuando, al pasar en el tren, Rachel ve a Megan con un hombre desconocido (Edgar Ramírez) que no es su novio. En total estado de embriaguez, toma esto como el derrumbe de su idea utópica y perfecta sobre el amor, y definitivamente culpa a Megan de traicionar a su novio. Al día siguiente, Rachel decide bajar del tren y enfrentar a Megan, con quien nunca ha cruzado una palabra. Amanece en su cuarto golpeada y no recuerda qué sucedió, llega la policía y pregunta por Megan (quien ha desaparecido).
La película tiene el gran acierto de representar claramente el problema del alcoholismo de su personaje principal, que es bien interpretado por Emily Blunt. Sin dejar de lado su acento británico, interpreta de manera realista a una mujer cuya vida ha destruido por sus malas decisiones y sus problemas psicológicos. El suspenso está presente todo el tiempo y de alguna manera me recordó a Gone Girl (Fincher, 2014) en su acierto de mantener alejado del público de la verdad de los personajes y así dejarnos muchas sorpresas para el final.
La Chica del Tren denuncia claramente la violencia de género –algo que viene desde el libro– e ilustra la soledad que puede vivir una persona con problemas de alcoholismo.
Sobre la violencia contra las mujeres, Ramírez comentó:
“La violencia contra las mujeres es algo con lo que México ha estado lidiando desde hace muchas décadas, pero esto sucede en todo el mundo. Mi personaje es el único que no es misógino y no es un abusador de mujeres. Para mí fue un gran alivio cuando me di cuenta de que mi personaje, aun cuando cruza líneas éticas –¿quién no las ha cruzado?–, no participa en esa violencia hacia las mujeres”.
No dejaron de llegar a mi mente películas como Leaving Las Vegas (Figgis 1995) y 28 Days (Thomas, 2000), que cambiaron las carreras de Nicholas Cage y Sandra Bullock, respectivamente, por sus buenas actuaciones representando personajes dipsómanos.
Este es un thriller que logró mantenerme en suspenso todo el tiempo y que recomiendo, sobretodo por sus actuaciones. La chica del tren estrenará en nuestro país en próximas semanas.