Sopicuates, ha surgido un disparate al estilo puramente de los mochos del PAN. Se trata de una iniciativa hecha por legisladores republicanos de Tennessee, en Estados Unidos: convertir la Biblia en el libro oficial del estado.
Propuestas similares han fracasado en Mississippi y Louisiana, sin embargo, esta vez en Tennessee ha avanzado con rapidez en el proceso legislativo y amenaza con llegar al pleno de la Cámara y el Senado estatales la próxima semana.
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La agencia AP reportó que el senador Steve Southerland, republicano por Morristown y patrocinador de la propuesta en Tennessee, declaró tener el triunfo virtual en la aprobación de la iniciativa.
“Tengo 19 copatrocinadores y hacen falta 17 personas para someterla a votación”, dijo.
Pero las cosas podrían no ser tan sencillas para el republicano, pues es muy claro que la propuesta rompe con las cláusulas de separación de la iglesia y el estado en las constituciones federal y estatales.
“La ley no deberá dar preferencia alguna a cualquier institución religiosa o modalidad de veneración”, dice la Constitución de Tennessee.
Además:
“La Primera Enmienda deja en claro que el Gobierno no puede favorecer a una religión por encima de otra y que los políticos no deben tratar de influir en las creencias del pueblo convirtiendo en ley sus ideas religiosas”.
Según dijo Hedy Weinberg, directora ejecutiva de la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) de Tennessee.
Cabe destacar que Tennessee es conocido por poner como símbolos a varias cosas: el tomate como la fruta del estado, el tulipán como la planta, la salamandra como el anfibio y el “square dance” como el baile folclórico estatal.
Y hablando de ataques de religiosidad, ¿se acuerdan cuando la alcaldesa de Monterrey, Margarita Arellanes (panista, claro) le entregó las llaves de la ciudad a Jesús? 