Una fantasía común de los hombres, es estar con una mujer gigante. Un mujerón que nos saque varios centímetros y con la cual podamos vivir un tórrido romance. Pues bien, al buen Francinaldo Carvalho da Silva el sueño se le hizo realidad.
Francinaldo es un albañil de 22 años que vive en Salinopolis, Brasil. Este joven, en apariencia normal, tiene algo que ninguno de sus amigos: una novia de 2.03 metros de estatura.
Su chica se llama Elisany Silva da Cruz y tiene 17 años. Debido a que padece de gigantismo, superó la altura de sus siete hermanos cuando apenas tenía 11 años. A los 14 medía 2.06 metros, y constantemente sufría de malestar físico y dolores en sus extremidades. Entonces se le detectó un tumor en la glándula pituitaria (encargada de regular el crecimiento) que se le extirpó hace dos años. Después de esta cirugía se encogió tres centímetros.
Ahora, Elisany quiere ser modelo y se dice feliz de haber encontrado el amor.
“Lo que realmente me atrajo de él, fue su personalidad, su forma de actuar con la gente y conmigo. La única cosa que realmente nos afecta es cuando salimos de la mano, parece que él es mi hermano menor o mi hijo”.
Y es que la diferencia es notoria, sobre todo si tomamos en cuenta que su enamorado mide 1.63 metros. Por su parte, Francinaldo dice que sus amigos de la construcción le preguntan cómo le hace para abrazarla y realizar otros menesteres de la vida, a lo que él responde que hay maneras de hacer todo.
“Es una persona hermosa. Ella es alta, pero es tan bonita y tiene un rostro hermoso. No me importa tener una novia alta”.
(Díganle a Francinaldo que se la lleve leve, que no porque su novia esté grandota se le vaya a olvidar que es menor de edad).
Elisany narra que se le dificultaba viajar en el autobús de la escuela, y que a causa de las burlas que recibía por parte de sus compañeros dejó de estudiar. También agregó que cuando está en su casa y se distrae, suele golpearse la cabeza con el techo de madera.
Esta jovencita vive en una pequeña casa con sus hermanas, su mamá y su padrastro, Jorge Luiz.
“Quiero que sea como las otras chicas, porque sé que se siente extraña y, a veces quiere ser como ellas”, comentó su madre, Ana María Silva.
La verdad nos da gusto que hayan encontrado el amor.
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¿Ustedes andarían con una noviesota?
