Mientras las cámaras recorrían el palco presidencial de los países que se disputaban la final del Mundial Rusia 2018 —Francia y Croacia—, los comentaristas deportivos y usuarios de las redes sociales hablaban de la presidenta de Croacia, Kolinda Grabar-Kitarovic, y su entusiasmo por el juego de su selección, la transparencia en sus gastos para asistir al Mundial y su incondicionalidad para apoyar a su equipo, como cualquier otro aficionado croata.
Esto era el futbol desde las gradas, dejando a un lado los cargos y los protocolos para centrarse en los 90 minutos de la final del Mundial.
Y si no conocíamos mucho sobre la actualidad croata y mucho menos acerca de que una mujer representa desde la Presidencia a este país, es posible que nos hayamos sorprendido por la ruptura de los protocolos y la entrega de Kolinda Grabar-Kitarovic.
Sin embargo, más allá de la imagen que Grabar-Kitarovic nos regaló el domingo pasado, está una figura llena de matices que van desde la transparencia en la función pública croata hasta las políticas antimigrantes impulsadas desde su partido la Unión Democrática Croata y las raíces nacionalistas que descubren de qué va la política una vez que se abandona la cancha deportiva.
Ayer la Presidenta de Croacia, Kolinda Grabar-Kitarovic, en el vestuario tras clasificar a semifinales. pic.twitter.com/m4W9P2w7Or
— RCTV (@rctv) July 8, 2018
Kolinda Grabar-Kitarovic
“La presidenta de Croacia” tiene nombre, se leía en redes sociales para hacer hincapié en su figura al lado de Emmanuel Macron, presidente de Francia.
Sin embargo, aquí van los claroscuros de Kolinda Grabar y, tal vez los propios de una nación emergente:
Como estudiante de intercambio, Kolinda logró llegar a Estados Unidos y conocer una cultura distinta a la República Federal Socialista de Yugoslavia —en ese entonces integrada por Bosnia y Herzegovina, Croacia, Eslovenia, Macedonia, Montenegro y Serbia—.
Y en 1992, tras cursar las licenciaturas de Inglés, Español y Literatura, Grabar se graduó en la Universidad de Zagreb —capital de Croacia— para un año después dar el salto al partido conservador y de derecha Unión Democrática Croata.
Kolinda Grabar-Kitarović, presidenta de Croacia, viajó al Mundial en un vuelo comercial y clase económica.
Disfrutó todos los partidos de su selección en la grada, con la gente.
Hoy fue requerida en el palco de presidentes y festejó el gol como cualquier aficionada.#CRO pic.twitter.com/y9sK68w9yW
— Ale Padín (@ale_padin) July 7, 2018
En esta época, Croacia transitaba por una de las situaciones más difíciles que vivió Europa tras la Segunda Guerra Mundial: el conflicto en los balcanes y la lucha por la independencia de los croatas.
Por la compleja situación de pugnas étnicas y de poder, Croacia y las “repúblicas” que integraban la República Federal Socialista de Yugoslavia vivieron una de las mayores crisis de refugiados ante lo que más tarde se desató como la “Guerra de Bosnia“, que dejó 100 000 víctimas entre civiles y militares y cerca de 1.8 millones de desplazados.
Tras este panorama, la Unión Democrática Croata pudo tener una noción más estructurada sobre cómo abordar la crisis de refugiados y el tránsito de personas que huyen de la guerra. Pero el hecho es que desde hace un par de años, el gobierno ha puesto en marcha una política totalmente opuesta al apoyo de refugiados y migrantes.
Política, migración y fronteras
En 2014, después de una segunda vuelta electoral, Grabar Kitarovic ganó la Presidencia de Croacia con la Unión Democrática Croata.
En su gestión, ha sido reconocida por la transparencia de su gobierno, la apertura de Croacia al comercio con otras naciones europeas y su oposición a la política migratoria de la Unión Europea —de la que forma parte desde 2013—.
Corridor talks #NATOSummit2018 #Brussels pic.twitter.com/maYU5DFYTs
— Kolinda Grabar-Kitarović (@KolindaGK) July 11, 2018
Al asumir sus responsabilidades como presidenta, Grabar Kitarovic definió su política migratoria con un rotundo “NO” al paso de migrantes y refugiados en suelo croata. De acuerdo con la mandataria, Angela Merkel, canciller de Alemania, ha estado en un error al decir que las puertas del país alemán están abiertas a los refugiados.
¿La razón?
Según Grabar y su partido, la Unión Europea no puede dar asilo a todos los migrantes y refugiados, simplemente porque no existe la capacidad. Y con este argumentó, comenzó a cuestionar las políticas de Bruselas y las cuotas de recepción de migrantes.
Junto con los países balcánicos como Serbia y Eslovenia —y Hungría que ya ha endurecido su política migratoria—, Croacia ha planteado la necesidad de la construcción de una valla en su frontera y el refuerzo de la seguridad ante posibles delincuentes o traficantes de droga —algo así como Donald Trump justificando la entrada de mexicanos y centroamericanos a Estados Unidos—.
“La protección de las fronteras es un derecho de todo Estado“, dijo Grabar desde Zagreb para el mundo, en un contexto en que varios países de la Unión Europea también han expresado su rechazo y sus dudas para recibir a los refugiados y migrantes.
Los migrantes de Europa: la jungla de Calais
El problema no ha sido sólo de Croacia —aunque el partido que lleva el mando de este país sea conservador, altamente nacionalista, de influencia ustacha (vieja organización nacionalista fundada por allá de 1929) y de derecha —, si no de toda Europa.
El equipo que vimos alzar la Copa del Mundo 2018, Francia, es integrado por al menos 15 jugadores de origen africano, que representan a un país que si bien permite la entrada de los migrantes, también la ha frenado hacia Reino Unido y la contenido en campos como la jungla de Calais.
The "Calais Jungle." GFR was there, aiding the UN with #humanitarian relief for refugees in Calais, France. January 2015. #GoGFR https://t.co/0KBPoKUVnN pic.twitter.com/qr6OxdF3rK
— Global First Responder (@GlobalFirstResp) July 10, 2018
La llamada jungla de Calais llegó a concentrar 7 mil migrantes y reflejó la poca capacidad de la Unión Europea para actuar ante las oleadas de los migrantes y refugiados que huyen de la pobreza, guerras y violencia en sus países de origen.
Italia y Grecia también han sido los destinos a los que migrantes, africanos y de Medio Oriente, buscan llegar —y en la que su travesía supone muchas veces el fin de su destino—.
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Ante este panorama, vale reflexionar cuáles son las posiciones políticas, más allá de una imagen que captan las cámaras durante un par de horas en un juego internacional, y qué se hace desde distintas trincheras para evitar que crisis humanitarias resurjan, como todo lo que el siglo XX nos enseñó.
**Foto de portada: Getty Images.