Mientras todos alrededor del mundo esperan la llegada de una nueva edición de los Juegos Olímpicos, en Japón hay un hombre que realmente los odia y no es de gratis, a pesar de que los beneficios son muchos.
Una historia que comenzó hace casi 50 años en los J. O. de Tokio 1964, al parecer está por repetirse. Kohei Jinno, ciudadano japonés, tendrá que dejar su casa y su comercio, ya que en el lugar que se encuentran, se va a construir un nuevo estadio para los Juegos que acaban de ganar su candidatura para 2020.
Esta no es la primera ocasión que le sucedía algo así a este hombre. Cuando se realizaban los preparativos previos a la justa del 64, Jinno tuvo que abandonar su casa, ya que en dicho lugar de la ciudad se construiría el estadio principal, que albergó la inauguración y la clausura de los Juegos, lo cual dejó muy descontento al japonés en aquella época:
El destino no ha sido bueno conmigo. Puede que sea una gran suerte para la nación, pero tener que dejar este lugar me llena de tristeza.
Unas 200 familias de Kasumigaoka, donde un tercio de la población tiene poco más de 70 años, deberán mudarse a otra parte, aunque aseguran que la ciudad les ofrece lugares en otros tres edificios municipales, pero el hombre particularmente, no quiere aceptar, ya que ahí no podrá poner su negocio de tabaco, del cual vive y por el cual, según sus palabras, moriría:
Es posible que vaya a un lugar donde será imposible abrir un comercio de tabaco. En ese caso, perdería mi razón de vivir.
Que se construyan lugares hermosos y super modernos, que se renueven edificios para cumplir con las reglas sísmicas y demás, es una cosa que poco le importa a este señor, ya que su argumento es contundente: le causa tristeza dejar este lugar por segunda ocasión y más cuando se trata de unos Juegos Olímpicos.
Tal y como lo vimos en la película de Up, posiblemente Jinno no se quiera mover pero para innovar, debería poner su casa de globos en en centro del estadio, en lugar de las cataratas Paraíso.