Imagina que eres un músico, un veterano de la industria por decirlo así, y crees que te queda un álbum más dentro de ti. Ya que forjaste tu reputación bajo las normas del viejo sistema moldeado por las grandes disqueras, tu primer recurso es acudir a estos grandes conglomerados, o a uno de sus tantos sellos afiliados. El trato de sus ejecutivos es halagador y cordial, admiran tu trayectoria y tus glorias pasadas, pero su respuesta es una negativa. Como diría el personaje de F. Murray Abraham en la película de Inside Llewyn Davis, a final de cuentas te dicen: “I don’t see a lot of money here.”
En el siglo XX, y todavía en los primeros años del XXI, tu proyecto se hubiera topado con tantas puertas cerradas que terminarías por abandonar tus ilusiones. En el mejor de los casos, quizás hubieras conseguido el apoyo de un sello independiente para financiar el proceso de grabación, pero tendrías que arreglártelas con un presupuesto muy limitado para promover y distribuir tu disco. Todos aquellos fans que han seguido tu carrera a lo largo de los años, difícilmente se enterarían de tu nuevo material y si es que lo hacen, no sabrían cómo o dónde podrían conseguirlo. ¿Para qué esforzarse entonces?
Entra a la escena Kickstarter.
Kickstarter empezó como una idea muy simple. Brincarse al intermediario para alcanzar a la gente, o viceversa. Estamos hablando de una idea que es tan vieja como la economía del trueque, pero empleando las herramientas informáticas de nuestra era. Kickstarter (y plataformas similares) te permiten acercarte a tus clientes potenciales directamente con tu propuesta, y si logras convencer a suficiente gente para financiar tu proyecto, tus mismos clientes te aseguran un éxito comercial desde el momento que tienes la idea. Y si no… pues ya no tienes que correr el riesgo de enfrentar los costos de producción.
En el caso del músico veterano, puedes anunciar tus planes de grabar tu nuevo disco directamente a tus fans. Ya no tendrías que depender del visto bueno de un ejecutivo porque si suficientes fans prometen financiar tu proyecto, entonces podrás grabar tu álbum con la seguridad económica de que vas a vender suficientes discos para no terminar en números rojos. ¡Es una verdadera democracia de mercado!
Lo mismo ocurre cuando los fans quieren ver una banda en su ciudad. Si una cantidad determinada de fans pone el presupuesto para contratar una banda y pagar su pasaje, hospedaje, comida y demás cargos, entonces ellos mismos lo pueden hacer posible a través de esta plataforma. En un escenario como éste, los fans ya no tienen que esperar a que una promotora decida contactar a una banda, después de evaluar los riegos de tal inversión. De hecho, Kickstarter elimina el riesgo casi por completo porque los mismos fans toman la iniciativa. Los fans no necesitan de un margen de rentabilidad porque el mismo proyecto que están financiando es la ganancia en sí. El mismo cliente es el inversionista.
Por supuesto, Kickstarter no es una nueva plataforma. Más bien tuvo su lanzamiento hace cinco años y su modelo se ha logrado mantener, a tal grado que han surgido otros competidores en distintas partes del mundo. Aquí en México hemos visto el florecimiento de sitios como Fondeadora y Bandtastic, por mencionar un par de ejemplos en América Latina. Hasta la fecha, Kickstarter ha logrado fondear más de 135,000 proyectos en una gran variedad de ramos (no solo música), y ha contado con las contribuciones de 5.7 millones de donadores. Es difícil imaginar la cantidad de dinero que circula por este medio, pero se calcula que estamos hablando de más de mil millones de dólares desde 2009.
Dinero, el gran elemento. En nuestra economía de mercado, el dinero es la fuerza que mueve aquella masa que es más inamovible que una montaña: el Hombre. El dinero es esa PATADA que necesitamos para que esa idea que tenemos atorada en la cabeza salga de su capullo y se vuelve realidad. Por eso KICKSTARTER. La plataforma fue fundada por Yancey Strickler, Charles Adler y Perry Chen, pero la idea tuvo su origen en los primeros años del milenio con Chen, cuando era un músico en Nueva Orleans. La idea no empezó tomar forma sino hasta muchos años después, cuando el medio del internet era suficientemente estable como para poner en marcha un negocio.
Perry Chen ofrecerá una conferencia dentro del marco del festival cultural OFFF México. Esto se llevará a cabo en el Auditorio Blackberry el próximo viernes, 29 de agosto. Boletos en taquillas del Auditorio y por Ticketmaster. La conferencia de Chen se enfocará sobre su faceta como artista visual, pero también tocará temas que detallan su experiencia como emprendedor en la era digital.