Entonces un día vas a KFC y pides una cubeta de pollo mutante frito para comer ahí, te preparas para degustar un poco de ese mágico puré y tú junto a tu familia se preparan para una gran comida. De pronto los gemidos de una película porno interrumpen todo.
¿Qué haces ante esta situación? Dah, lo obvio, buscas el origen del sonido, ves que es una pantalla con porno y lo grabas. Es lo que cualquier persona sensata haría.
Y fue justo lo que hizo este héroe de nombre Gerard Whalen. Es gracias a él que el mundo pudo enterarse de lo sucedido en este KFC de alguna ciudad de Estados Unidos.
¿Nuestra parte favorita del video? Ese empleado que se acerca a la pantalla, pero en lugar de quitar el video, sólo lo admira más.
Vean: