Discriminación y violencia en todo su esplendor. Julissa es una mujer de 30 años, ayudante de albañil, es mamá de un niño de 6 años y estaba embarazada.
Hace algunas semanas fue ingresada al Hospital General Agustín O’Haran en Mérida, Yucatán, para dar a luz a una niña. Y ahí comenzó la pesadilla: el gobierno le quitó a su hija recién nacida y a su hijo acusándola de maltratarlos.
Pero, de acuerdo con la defensa, todo tiene que ver con que Julissa es lesbiana, con una expresión de género masculina y que es “un mal ejemplo” para los menores.
¿En qué siglo estamos?
Justicia para Julissa
“Si eres lesbiana, te ves masculina y pobre, el gobierno te puede robar a tu bebé recién nacida, quitarte a tu hijo de 6, abusarlo sexualmente y traficar a ambos a un albergue estatal con antecedentes de tráfico y abuso de menores“. Así es como activistas están haciendo ruido del caso en redes sociales para hacer presión y que se haga justicia en este caso tan horrible.
La abogada que está acompañando a Julissa explica que cuando ella ingresó al hospital, una trabajadora social comenzó a hacerle preguntas un tanto extrañas sobre si le gustaban las mujeres porque se veía masculina, que si tenía marido, que cómo se había embarazado e incluso le dijo que eso podía dar un mal ejemplo a sus hijos.
Poco después las autoridades del hospital consideraron que los niños sufrían maltrato y estaban en riesgo con ella, por lo que se los quitaron y los llevaron a albergues del sistema DIF estatal.
La Red de Madres Lesbianas denuncia que uno de los menores fue llevado al Centro de Atención Integral al Menor en Desamparo (Caimede) de Yucatán que tiene denuncias de abuso sexual y tráfico de menores.
Las autoridades del hospital argumentaron que la niña recién nacida y su hermano tenían evidencias de maltrato según testimonios de algunas vecinas de la mujer, aunque ellas han ido de manera voluntaria a declarar que los niños no viven violencia, que es buena madre.
Solo para que nos demos una idea: al niño de 6 años lo sometieron a un examen para descartar abuso sexual y le hicieron una exploración anal ¿era necesaria si no había denuncias o indicios de abuso sexual?
Para poder regresarle a sus hijos, la Procuraduría de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes le está pidiendo muchos documentos, exámenes y pruebas, muchos de los cuales cuestan. A Julissa no le dijeron qué hacer con el tema de la lactancia y a días de parir, ella tuvo que irse a trabajar en albañilería para juntar el dinero.
El DIF afirma que se detectaron omisiones en el cuidado del niño como que no está registrado, no va a la escuela y “presenta evidencias de que recibe malos tratos”.
Y mientras las investigaciones siguen y Julissa lucha para recuperar a sus hijos, el infierno continúa para ella y para sus hijos ¿Julissa es una mala influencia para sus hijos por ser lesbiana? ¿Si no hay pruebas de maltrato, por qué se los quitaron? ¿La están discriminando por ser pobre y por ser lesbiana?
