¡Y el día ha llegado!
Este martes ha comenzado en España el juicio contra Lionel Messi y su padre por presunta defraudación fiscal, por poco casi cinco millones de dólares, al eludir el pago de impuestos durante los años 2007, 2008 y 2009. El juicio que ha retrasado la incorporación del jugador con la selección argentina que disputará la Copa América Centenario, tendrá una duración de tres días, en los que Messi tendrá que recurrir a sus mejores regates para librar la pena máxima que -aunque es improbable- podría acarrearle una sentencia de 22 meses y 15 dias de cárcel.
Pero si se preguntan por qué se está juzgando a uno de los mejores jugadores del planeta, habremos de hacer memoria y remontarnos al 2005, cuando días antes de firmar su primer gran contrato como profesional con el Barcelona, los padres de Lionel Messi firmaron un contrato con una empresa llamada Sports Consultants y Lazario, en donde cedían los derechos de imagen del jugador por la cantidad de $50 mil euros; en lo que las autoridades tributarias acusan de una ‘cesión simulada’ toda vez que el monto pagado fue irrisorio dada la proyección que tenía el futbolista, que acababa de debutar con el primer equipo del Barca y que estaba a punto de ganar el Golden Boy como el mejor jugador joven de Europa.
Dicho contrato sería ratificado por el propio Lionel Messi ante un notario en el 2006, después de haber cumplido la mayoría de edad. Sin embargo la mayor parte del entramado ocurre en el 2007, cuando el padre de Lionel Messi decide montar una estructura empresarial muy similar a la señalada en los años anteriores y en donde el jugador aparece como accionista único de Jenbril, una empresa ubicada en Uruguay y que se sospecha fue parte de todo el conglomerado de compañías utilizadas por el padre de Lionel Messi para eludir el pago de impuestos correspondientes a los millonarios contratos de publicidad que firmó el jugador con diversas marcas.
No sería sino hasta el 2013 cuando las autoridades fiscales decidieron acusar al Lionel Messi y a su papá por esta defraudación fiscal. En su momento, el jugador declaró ante un juez que su padre era el encargado de todo su dinero y pagó 5 millones de euros como reparación del daño. Sin embargo, lo que las autoridades españolas buscan establecer, es si el jugador participó o consintió de alguna forma el actuar de su padre, para perpetrar este fraude.
Por un lado, la Agencia Tributaria Española considera que si bien Lionel Messi no es un as de las finanzas, si cree que el jugador consintió de forma voluntaria la evasión fiscal, al asegurar que de menos, el jugador debería ser consciente de sus exorbitantes ingresos por derechos de imagen.
Por el otro, la fiscalía señala que si bien es Lionel Messi el que paga los impuestos, la responsabilidad debe recaer enteramente sobre su padre, que es quien a final de cuentas la persona que maneja sus asuntos económicos y financieros, sin embargo, tanto Lionel Messi como su padre niegan haber actuado de forma incorrecta.
Desde un principio, la defensa del jugador ha señalado que Messi se dedicaba a jugar y que nunca dedicó un minuto de su vida para leer, estudiar o analizar los contratos que firmó, lo cual, aquí entre nos, si suena un poco exagerado, sobre todo si tomamos en cuenta que de acuerdo con Forbes, Lionel Messi es uno de los cuatro deportistas más ricos del mundo con ingresos superiores a los 64 millones de dólares por año.
Lo que es un hecho es que la parte acusadora está solicitando un total de 22 meses y 15 días de cárcel para el jugador y su papá por los tres delitos de defraudación fiscal; sin embargo, especialistas en derecho preveen que es casi imposible que Lionel Messi termine en prisión, toda vez que las leyes españolas contemplan que las penas menores a dos años, pueden cumplirse en libertad provisional siempre y cuando se trate del primer delito que se comete, tal y como es el caso del jugador argentino.
