Poco le duró el gusto. En una acción inesperada, un juez federal de Brasilia logró que, al menos de forma provisional, se suspendiera la nueva investidura que apenas ayer estrenó el ex presidente, Luiz Inacio Lula da Silva.
Aunque los del PT juraron “por ésta” que el cargo de Lula nomás era para que les echará la mano con la crisis que se vive en su país, pocos fueron los que se la creyeron (y más con las grabaciones que se dieron a conocer entre Dilma y Lula), por lo que , desde ayer mismo, salieron a las calles para protestar. Como recordarán, el nombramiento del ex ejecutivo lo protegía contra cualquier detención por los supuestos actos de corrupción realizados en Petrobras.
Itagiba Catta Preta, nombre del ahora héroe de todo aquel a quien Lula le cae gordo, admitió la petición de suspensión, debido al daño que se le podría hacer al libre ejercicio del Poder Judicial, de la actuación de la Policía Federal y de la Fiscalía… bueno, él lo dijo con más caché y lo sentenció de la siguiente manera:
“Admito el pedido de suspender el acto de nominación del señor Luia Inacio Lula da Silva para el cargo de ministro de Estado del Gabinete Civil de la Presidencia de la República, o de cualquier otro que le otorgue prerrogativa de fueros”.
¡Tómala papá!… apenas hace unas semanas, se dio a conocer que Lula enfrenta una denuncia penal y una petición de prisión preventiva, esto por el vínculo que podría haber entre él y las tranzas realizadas en Petrobras.
Con su nombramiento como jefe de Gabinete, hecho apenas ayer, el ex presidente ya nada más podía ser juzgado por el Supremo Tribunal Federal, la corte de más alto rango en Brasil… pero ahora nos lo regresan a lo terrenal y a ver cómo le va. Será el Tribunal Regional Federal de la región 1 el encargado de evaluar la decisión.