Nuevamente seres prehistóricos se interponen en los planes de AMLO… aunque esta vez no son los dinosaurios políticos, sino los mamuts que hace poco fueron hallados en la zona en que se construye el aeropuerto de Santa Lucía.
Por orden de un juez federal, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) deberá determinar a la brevedad qué tanto afecta la construcción de la megaobra del sexenio en la investigación de los restos de mamuts hallados en mayo pasado.
La petición al INAH
En la orden de priorización de los mamuts, se pide que el INAH delimite bien el área en que su personal realizaría la investigación de los vestigios, lo cual no sólo implicaría la zona en que se encuentran los restos, sino la zona que necesitarían para llevar a cabo su recuperación y restauración… en resumidas cuentas, si el paso de la maquinaria utilizada para la construcción del aeropuerto de Santa Lucía no afectaría el estado de las osamentas.
Todo lo anterior supone una suspensión provisional de los trabajos que se realizan en Santa Lucía… cortesía de un ciudadano anónimo que interpuso un amparo, exigiendo el respeto a su derecho de acceso a la cultura, así como la protección de patrimonio arqueológico.
De acuerdo con Expansión, en el mencionado amparo el ciudadano reclamó que la construcción de Santa Lucía afecta su posibilidad de beneficiarse de las investigaciones científicas, biológicas e históricas que se podrían realizar a partir de los 132 restos de mamuts, los cuales fueron hallados en mayo pasado.
En su momento, el INAH señaló que su proyecto de investigación se realizaba sin bronca a la par de la construcción de Santa Lucía, hasta con apoyo de la Secretaría de Defensa… no obstante, el juez federal determinó que no hay suficiente información sobre si el proyecto de los mamuts no se ve afectado por las obras.
Según los primeros reportes del hallazgo, en la Base Aérea Militar de Santa Lucía fueron encontrados huesos de especies animales hoy extintas. Aunque las que más llamaron la atención fueron las de mamuts, también se encontraron huesos de caballos y camellos que tendrían más de 10 mil años de antigüedad.