El sismo de 8.2 grados que cimbró el país entero ocurrió la semana pasada; sin embargo, a pesar de haber durado poco, sus estragos permanecen. Chiapas y Oaxaca fueron dos de las zonas más afectas y los daños tardarán en ser reparados.
En medio de esta tragedia ha salido a la superficie lo mejor y lo peor de los mexicanos… por su puesto que las autoridades aprovecharon para lucrar con la tragedia ajena, en lugar de dar soluciones reales. Mientras tanto, los topos trabajaron cuatro días en Juchitán removiendo escombros y ayudando sin descanso. “La brigada de Oaxaca es de 15 elementos, pero vinieron también Topos de Coahuila, Nuevo León, Nayarit, Guerrero, Querétaro, Michoacán, Guanajuato y la Ciudad de México, llegamos el sábado nueve, pero antes, el viernes ocho, ya estaban aquí compañeros de Tuxtepec y Veracruz. En total estuvimos sesenta elementos. Nos vamos decepcionados de las autoridades, están lucrando con la desgracia”.
Sabemos que no sólo Juchitán se derrumbó y aunque esta nota hace énfasis en esta ciudad, también está dedicada a los 98 muertos y a todos los que perdieron algo en este temblor; invitando al resto de los mexicanos a reflexionar un poco en este día que, a pesar de ser Fiesta Nacional, nos agarra de luto, heridos y rotos –no solamente por el temblor–, y a la mayoría con poco o nada que celebrar. Por lo anterior, a continuación les dejamos una serie de fotografías y reflexiones del oaxaqueño Daniel Robles para entender un poco más a fondo la situación que se vive en estos momentos en Oaxaca.
Juchitán me recibió esta vez con una sonrisa diferente, una sonrisa contenida por la tragedia que los sacudió hace una semana. Muchas familias viviendo fuera de sus hogares, esperando bajo el calor del día que llegue otra vez la atemorizante noche, aprovechan para tomar siestas para estar alerta durante la noche.
Comprendo que no es fácil conciliar el sueño después de vivir un sismo de 8.2 grados, el cual a muchos les destruyo sus hogares frente a sus ojos. La oscuridad, los gritos y el olor a gas que se percibía son las principales memorias que las personas refieren después de despertar en medio de la catástrofe.
Hoy día sigue la reconstrucción, primero la organización y el cuidado de quienes no se habían enfrentado a una batalla de este tipo. Los zapotecos del istmo, siempre caracterizados por su espíritu combativo, esta vez parecen estar de rodillas, atemorizados, pero unidos. Esa unión será su fortaleza y el muro maestro que soportará esta y más pruebas.
La estructura familiar zapoteca da testimonio de su grandeza y se manifiesta en la ayuda que no deja de llegar de diversas ciudades, así como yo hoy volví a esta tierra llamado por el lazo que un día me unió a este lugar cuando fui adoptado por Juchitán la bella, la madre que acoge y protege, brinda, celebra, vive y nunca muere.
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Daniel Robles Cruz es artista visual originario de la Ciudad de Oaxaca. Su trayectoria comprende más de una década y ha obtenido diversos reconocimientos a nivel nacional e internacional.
