¡Rafael Ponfilio Acosta Ángeles volvió pero no en forma de fichas! El ¿político y activista? chilango conocido popularmente como Juanito regresó a los reflectores, aunque quizá podríamos habernos ahorrado su intempestivo regreso a la polaca. A través de una grabación, el exdelegado de Iztapalapa despepitó todo lo que pudo en contra de Andrés Manuel López Obrador, dirigente nacional de Morena. Y al estilo del monstruo de Frankenstein, se rebeló y atizó duramente contra su creador. Durante el breve video, Juanito aseguró que AMLO es un peligro para México y para los mexicanos. Así como lo leen. Ni para inventar nuevas descalificaciones salió bueno. “Estamos mal con (Enrique )Peña Nieto, pero estaríamos peor con López Obrador. ¡Es un horror estar con López Obrador!“, dijo Acosta Ángeles.
El político, más conocido por sus escándalos, sus metidas de pata y sus participaciones en La Isla El Reality y el talk show Enamorándonos, hermanó a López Obrador con el comandante Hugo Chávez —¡cuánta originalidad!— y dijo que en caso de que AMLO ganara la presidencia estaríamos peor que en Venezuela y nos estaríamos peleando por un bolillo o una tortilla. “Y lo digo: López Obrador es un mafioso, un delincuente, un asesino, dios nos libre de que llegue a la presidencia”. Juanito emitió estas intrigantes declaraciones mientras, al parecer, esperaba para jambarse unos pambazos. Ojalá lo hubieran atendido pronto. En una de esas nos ahorrábamos todo este papelón. Para finalizar su discurso, el exdelegado invitó a López Obrador a un debate público “donde quieras y a la hora que quieras” y lo acusó de mandarlo a matar, quemar su casa y secuestrar a dos de sus hermanas.
Juanito ha sido, según sus propias palabras, vendedor ambulante, garrotero, futbolista, luchador, bolero, dirigente social, mesero y hasta actor de cine. Apareció en una película de ficheros llamada Las perfumadas, donde compartió créditos con Lyn May, Sasha Montenegro y Alberto El Caballo Rojas. Rafael Acosta asegura haber sido víctima de un atentado en 2003. Según el político, recibió seis disparos y todavía lleva una de las balas enterrada en el pecho. Durante el intento de homicidio, dice Juanito, murió su hijo. El político saltó a la fama durante las elecciones delegacionales de 2009. El abanderado del PT en Iztapalapa tenía ínfimas posibilidades de hacerse con la victoria. Todo cambió en un abrir y cerrar de ojos.
Tres semanas antes de las elecciones, la candidatura de la perredista Clara Brugada fue anulada por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, ¡aunque su nombre ya aparecía en las boletas! Su lugar lo ocupó Silvia Ortega, una perredista antagónica a López Obrador. AMLO pidió, entonces, a los iztapalapenses que votaran por el candidato Juanito —López Obrador ni siquiera conocía su nombre— ya que este le dejaría el puesto a Brugada en caso de ganar. El desenlace lo conocemos todos: el tipo de la bandita tricolor en la frente ganó las elecciones y los reflectores. Y ya luego como que no quería soltar el triunfo. Después de mucho merequetengue, estirones y jalones, Acosta dejó Iztapalapa.
Juanito acusó que López Obrador y Marcelo Ebrard, entonces jefe de Gobierno del Distrito Federal, utilizaron “violencia” para retirarlo del cargo y hasta amenazaron con hacerle daño a su familia. La versión oficial es que Rafael Acosta tuvo que salir de Iztapalapa debido a que habría falsificado su acta de nacimiento.