El asesinato del activista y defensor de los bosques de Guerrero, Juan Aquino, ocurrió la semana pasada (el 29 de octubre), sin embargo, hasta apenas ayer se difundió la información.
De acuerdo con medios locales, Juan Aquino fue asesinado mientras viajaba en su camioneta por la colonia Plan de Ayala, justo en la entrada de la comunidad nahua de Papalutla, Guerrero, donde era residente.
Se desconoce la identidad de los responsables del crimen. Aquino habría recibido dos disparos de arma de fuego. Uno de ellos habría impactado en su cabeza.
Según indica La Jornada, la Fiscalía de Guerrero informó que la camioneta del activista ambiental fue encontrada en las inmediaciones de un corral de toros. Al interior del vehículo estaba el cuerpo sin vida de Juan Aquino.
“En el lugar se localizaron dos casquillos percutidos calibre nueve milímetros. El cuerpo fue identificado por su hijo, Juan Aquino Rendón”, señala la tarjeta informativa de la Fiscalía local.
Hasta el momento se desconocen las líneas de investigación que seguirán las autoridades. De manera extraoficial se menciona que Aquino estaba inmerso en una disputa por un balneario instalado en la comunidad de Papalutla.
Juan Aquino fundó la Reserva Ecológica del Cerro de Tecaballo de Guacamayas y Murciélagos, así como la Reserva Ecológica de Cazadores, la cual se encargaba de proteger a las liebres y jabalíes de la región.
Hace unos meses, se decía esto:
No desaparecerá fideicomiso para proteger a periodistas y defensores de derechos humanos
Con Juan Aquino, van 10 activistas ambientales asesinados este 2020
Colectivos ecologistas destacan que Aquino era representante legal del parque ecoturístico Alto Balsas del Santuario de La Guacamaya. Además, trabajaba con localidades como Oztutla, Mezquitlán y Zicapa.
“Logró hacer del cerro de Tecaballo, en Copalillo, un Área Natural Protegida”, recordaron grupos ambientalistas, luego de darse a conocer el asesinato de Juan Aquino.
Con Juan Aquino González, han sido asesinadas 10 personas dedicadas a defender áreas naturales 2020. Pese a esta preocupante situación, la cual desde hace tiempo ha sido objeto de llamados por parte de colectivos internacionales, las autoridades mexicanas se muestran indiferentes.