El pasado 13 de abril la Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos (FDA), recomendó hacer una pausa en la utilización de la vacuna contra COVID-19 de Johnson & Johnson para poder estudiar los casos de coágulos de sangre reportados.
Va la buena noticia. Este 23 de abril los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) y la FDA misma levantaron la suspensión y explicaron que actualizarán la información de las etiquetas para advertir sobre el riesgo de coágulos.
¿Qué se encontró?
La FDA concluyó que los beneficios “conocidos y potenciales” de la vacuna de Janssen son mayores que sus riesgos para personas de 18 años y más.
Explicaron que la vacuna sigue cumpliendo con los estándares de seguridad, eficacia y calidad por lo que se recomienda que se siga aplicando en Estados Unidos y en el resto del mundo. Con esta recomendación la aplicación de la vacuno se puso en marcha de nuevo.
Las vacunas contra el COVID-19 no contienen el virus que causa el COVID pic.twitter.com/qvshrjE3Vk
— U.S. FDA en Español (@FDAenEspanol) April 23, 2021
Los casos de coágulos en la sangre reportados hasta el momento son en mujeres de entre 18 y 48 años, una de las cuales desafortunadamente falleció y otra está hospitalizada en estado crítico. Hasta el momento de la suspensión, en Estados se habían vacunado un total de 6.8 millones de personas con la vacuna de Janssen sin reportar reacciones adversas graves.
A finales de marzo se detectó que por un error humano en una planta fabricadora de vacunas de Johnson & Johnson se mezclaron ingredientes y contaminaron hasta 15 millones de dosis de la vacuna. Esto provocó un retraso en los planes de entregas de vacunas pero se garantizó que ninguna de esas dosis salió de la planta ni mucho menos fue aplicada.
¿Por? 15 millones de dosis de la vacuna de Johnson & Johnson se arruinaron