El COVID-19 sigue cobrando víctimas mortales a su paso y aunque los especialistas indicaron que los grupos de riesgo eran los adultos mayores y personas con comorbilidades, en los últimos meses nos hemos dado cuenta de que el coronavirus ataca a todos por igual. Tanto de adultos mayores, como jóvenes y hasta niños.
La realidad es que el virus del SARS-CoV-2 ya no sólo está cobrándose la vida de los abuelitos en el mundo, sino que ahora está llevando al hospital a los más pequeños de la casa. Aunque su sistema inmunológico es más fuerte y joven –comparado con el de los abuelitos–, el COVID-19 llega a ser tan agresivo que muchas veces muchos pequeños pierden la vida.
Un niño de 9 años murió por COVID-19
A lo largo de la pandemia hemos conocido casos de niños que lamentablemente han fallecido por el coronavirus y uno de ellos es el de JJ Boatman, un niño de 9 años originario de Texas, Estados Unidos, quien lamentablemente perdió la vida horas después de dar positivo a la prueba para detectar COVID-19.
Medios locales dieron a conocer la historia de JJ Boatman, quien el pasado 26 de enero murió en el Cook Children’s Medical Center, en Fort Worth, luego de que fuera internado porque se le dificultaba respirar. De acuerdo con el padre del pequeño la enfermedad avanzó rápidamente, pues un día antes fue cuando comenzó a presentar sintomatología.
El niño comenzó con problemas para respirar
Ese día al escucharlo jadear, el hombre creyó que su hijo se había enfermado nuevamente de Crup, una infección viral bastante común en los niños que provoca inflamación en la vías respiratorias y la cual provoca síntomas como tos seca, fiebre y dificultad para respirar. Mismos que lamentablemente también presentan las personas contagiadas de COVID-19.
El papá del pequeño se fue a trabajar y horas más tarde su esposa le llamó para decirle que su hijo pedía ayuda porque no podía respirar. El niño fue llevado a urgencias y ahí le hicieron unas placas de tórax donde quedaba evidenciado el gran daño pulmonar que le había provocado el COVID-19, enfermedad que le fue diagnosticada horas después.
Lamentablemente la enfermedad avanzó rápidamente en sus pulmones
Finalmente el 26 de enero el pequeño JJ Boatman, quien a inicios de este mes festejó su cumpleaños número 9, perdió la vida. “Traten de apreciar realmente lo que tiene. Sé que todo el mundo lo hace, pero realmente tómenlo en serio porque se lo pueden quitar en siete u ocho horas”, mencionó el padre del niño, que también padecía asma y trastorno por déficit de atención con hiperactividad y autismo.
Tras el deceso del menor, su familia creó una cuenta en la plataforma GoFundme para poder pagar el funeral. Hasta el momento la campaña ha recaudado 23 mil 652 dólares (poco más de 481 mil pesos mexicanos), algo que los familiares del niño han agradecido eternamente a quienes les han ayudado económicamente en este momento tan difícil.
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