Será porque las podemos admirar en los zoológicos o porque cada vez que nos chutamos algún documental sobre la naturaleza africana vemos lindas imágenes de estos herbívoros gigantes, pero sin hacer mucho ruido y sin que la comunidad mundial se diera cuenta, las jirafas enfrentan un serio —muy serio— problema. Dos subespecies de jirafa ya entraron a la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) como especies en ‘peligro crítico de extinción’.
“Peligro crítico” suena a que la situación se está poniendo color de hormiga y es porque sí está grave el asunto.
Para darse una idea, en la Lista Roja de la UICN, las únicas categorías por encima de “peligro crítico” son “extinta en el medio silvestre” y “extinto”. De ese tamaño está el problema.
Hora de conocer un poco más de jirafas: hay nueve subespecies del mamífero más alto del mundo. De estas, las jirafas Kordofan —reconocibles por casi no tener manchas en las patitias— y las Nubian acaban de ser consideradas “en peligro crítico”. La jirafa reticulada, otra subespecie conocida por tener manchas mucho más grandes que sus primas, aparece en la lista oficial como “en peligro”.
Las Thornicroft y la de Africa Occidental —esta es la que más comúnmente vez en los zoológicos— están en la lista como “vulnerables”. La subespecie llamada Rothschild, con manchas muy oscuras, está “en riesgo”. De acuerdo a la Fundación Internacional para la Conservación de Jirafas, únicamente la jirafa de Angola no tiene broncas.
Giraffe at risk of extinction as they are given ‘critically endangered’ status for first time https://t.co/SBayZEt7mn
— GCF (@Save_Giraffe) 15 de noviembre de 2018
Para el ciudadano de a pie alrededor del mundo, la posible desaparición de las jirafas llega como un gigantesco e inesperado balde de agua fría.
Desde hace años la población mundial de jirafas ha ido disminuyendo considerablemente y nadie —excepto los conservacionistas— se enteró: hay subespecies de jirafa que no sobrepasan los 400 miembros. Los gritos de ayuda en África se enfocaban en elefantes, rinocerontes y hasta pangolines; y no es que eso esté mal, pero sí sorprende que una especie que siempre pensamos que “estaba bien” no lo está en realidad. Las jirafas están en mayor peligro de extinción que cualquier gorila.