Estamos a mediados de julio y las autoridades federales todavía no se ponen de acuerdo para informar cuáles fueron las razones por las que se terminó el proyecto del Aeropuerto en Texcoco. Este lunes, el titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), Javier Jiménez Espriú, afirmó que no hubo corrupción detrás de la controvertida cancelación del NAIM.
“No fue la corrupción por la que paramos el NAIM. Las causas por las que se tomó la decisión fueron de índole técnicas y financieras”, afirmó el funcionario en unas declaraciones retomadas por El Financiero.
#ÚLTIMAHORA NAIM fue cancelado por causas técnico-financieras y no por corrupción: Jiménez Espriú. https://t.co/D5WdFqLheM pic.twitter.com/rNyv3F1yOy
— El Financiero (@ElFinanciero_Mx) 15 de julio de 2019
En abril pasado, Jiménez Espriú dijo algo muy similar cuando se presentó ante el Senado. “No se tomó a pie de ninguna manera en consideración, a un hecho probable de corrupción o de mal uso de los recursos; se tomó la decisión en función de lo que ustedes advirtieron que pasó y de las decisiones de carácter técnico y de las condiciones de carácter técnico que encontramos”, explicó el secretario.
Sin embargo, como en esta administración no se vale salirse del huacal mandado por la narrativa presidencial, AMLO salió luego luego a desmentir al miembro de su gabinete.
“Sí hubo corrupción en la decisión de construir el aeropuerto de la Ciudad de México en el Lago de Texcoco”, aseguraba en aquella ocasión el mandatario durante su conferencia mañanera. “Primero, porque se engañó a la gente con un dictamen haciendo creer que no se podía operar al mismo tiempo el aeropuerto de la Ciudad de México y el aeropuerto de Santa Lucía. Segundo, porque se iban a cerrar dos aeropuertos para construir el aeropuerto de Texcoco y el aeropuerto actual se iba a urbanizar, se iba a convertir en una especie de Santa Fe. Era un negocio para unos cuantos”.
Después de aquel jalón de orejas público se acabó la conversación durante unas semanas, hasta este lunes que Jiménez Espriú se aferró a la historia original de sobrecostos.