Si uno apenas puede caminar después de empacarse cinco de maciza con cuerito… imagínense cómo estuvo este asunto: un ciudadano japonés logró introducir a su cuerpo 246 cápsulas con cocaína. Lamentablemente (y como era de esperarse), el final no fue nada bueno: acabó muriendo en el aeropuerto de Hermosillo, Sonora.
De acuerdo con La Jornada, el sujeto de origen japonés viajó procedente de Colombia, con destino a su país. Según informó la Fiscalía, había transbordado en la Ciudad de México y nomás aguantó hasta Hermosillo, Sonora… ahí la nave en que viajaba tuvo que aterrizar de emergencia, debido a la condición en la que se encontraba.
⭕️ Autopsia revela que fueron 246 envoltorios de narcóticos en el cuerpo del pasajero de origen japonés, lo que le ocasionó la muere en el aeropuerto de #Hermosillo.
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— FGJE SONORA (@fgjesonora) 26 de mayo de 2019
“En una aeronave Boeing 787/8 con matrícula N961AM, procedente de la Ciudad de México y con destino a Narita, Japón, sobrecargos se percataron de que una persona sufría convulsiones, por lo que solicitaron aterrizar de emergencia en Hermosillo, y al hacerlo fueron abordados por paramédicos que decretaron sin vida a Udo”, informó la Agencia Ministerial de Investigación Criminal sobre el caso del sujeto japonés identificado como Udo Sotoshi.
Según los reportes, el japonés de 42 años de edad murió a causa de un edema cerebral por crisis hipertensiva, todo derivado de una sobredosis de cocaína. Este caso ocurrió el pasado viernes. Los tripulantes de la aeronave 787/8, con matrícula N961AM, procedente de la Ciudad de México fueron obligados a aterrizar de emergencia.
Una vez realizada la necropsia de ley al cuerpo del ciudadano japonés, el personal del Laboratorio de Inteligencia Científica Forense de la Fiscalía General de Justicia del Estado (FGJE) informó que le fueron extraídas un total de 246 cápsulas, todas rellenas de cocaína.
Si por el número todavía no se asombran… quizás lo hagan al saber que cada una de las capsulitas medía alrededor de 2.5 centímetros de longitud por un centímetro de ancho. Por las dimensiones, obviamente los envoltorios no nomás estaban alojados en el estómago del japonés, sino que también fueron encontrados en sus intestinos.
Las autoridades señalan que el cuerpo del ciudadano japonés no presentaba otros signos de violencia (no, pues con las cápsulas era más que suficiente). Aún así, se le realizarán más exámenes en el área de Patología del Hospital General del Estado para descartar problemas de salud. Por ser asunto federal, este caso será tomado por la Fiscalía General de la República.