Porque a final de cuentas todo es sobre ellos, cualquier explicación que se les pida a los gobiernos sobre posibles transas, abusos de autoridad y relaciones con el crimen organizado llevan dedicatoria partidista y por ello, los legisladores deben cuidarse de qué es lo que discuten en sesiones.
Primero fueron los senadores priistas, quienes al ver que se planteó la posibilidad de abordar el conflicto de intereses que representa el acuerdo mediante el que la esposa de Enrique Peña Nieto se hizo de su mansión, prefirieron abandonar el salón de sesiones.
Mientras la representante del PT, Layda Sansores, acusaba al presidente de “inepto, cobarde y corrupto” y la perredista Dolores Padierna evidenciaba que la declaración patrimonial del Ejecutivo tenía “innumerables inconsistencias”, los del tricolor optaron por hacer oídos sordos a los argumentos que descalificaban a su mandatario. Sólo hasta que terminó la participación de las legisladoras regresaron al Pleno, pero sólo para continuar escuchando solicitudes para revisar el tema de la llamada “Casa Blanca”, esta vez, por parte del panismo.
Otra mujer, Laura Rojas, comentó que la bancada del PAN tiene entre sus puntos de acuerdo la revisión de las declaraciones patrimoniales de EPN, el posible conflicto de intereses y una solicitud a la Secretaría de la Función Pública para obtener información detallada de los contratos de Grupo HIGA, empresa propietaria de la mansión de Angélica Rivera y que –casualmente– fue una de las beneficiadas en la licitación del tren México-Querétaro.
Y mientras esto pasaba en el Senado, con los diputados la cosa no era muy distinta: luego de plantearse la posibilidad de crear una comisión especial para investigar la mansión de “La Gaviota” –propuesta que fue bateada por el PRI– los diputados tricolor se la voltearon a los que más entusiasmados estaban con el tema –miembros del PRD, MC y PT– y mejor metieron a discusión la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, Guerrero, la cual ocurrió bajo administraciones de izquierda.
“Sí, revocación de mandato, pero a quienes apoyan a los asesinos, a esos habría que revocarles el mandato, ¡son unos cínicos, son bandidos y son asesinos! ¡Ustedes se los llevaron vivos, ahora ustedes tienen que regresárnoslos también vivos!”, exigió el priista Leobardo Alcalá Padilla.
Ante el costo de tener que abordar el tema incómodo para la izquierda, a la hora de discutir “la situación política nacional” los representantes perredistas, de Movimiento Ciudadano y también los petistas sólo comentaron de forma general la situación de los desaparecidos, la inseguridad económica… y todo sin hablar como lo hicieron el jueves pasado sobre la Casa Blanca de EPN. Gritos de “cínicos, bandidos y asesinos. ¡Ustedes se los llevaron vivos, ahora ustedes tiene que regresárnoslos también vivos!” fueron suficientes para neutralizarlos.
Haciendo suyas las legítimas peticiones de la ciudadanía para defenderse políticamente, así es como estos días –muchos días– trabajan los legisladores. Al final, las “discusiones” se dirigen a temas que no dañen la imagen de ninguno de los partidos: una agenda política acotada fue el resultado de esta sesión y cada quien se va con su escándalo a casa.