En octubre pasado, el candidato de ultraderecha Jair Bolsonaro, del Partido Social Liberal, se llevó la victoria ante Fernando Haddad, del Partido de los Trabajadores (PT) —grupo que abanderó a Luiz Inácio Lula da Silva—. Y aunque durante su campaña, Jair Bolsonaro reafirmó su discurso conservador sobre temas como la sexualidad, la seguridad y del desempeño de la policía, el político ha aprovechado la agenda para reforzar su lucha contra la “basura marxista”.

En su cuenta de Twitter, a unas horas de asumir el poder, Bolsonaro publicó el siguiente mensaje, en medio de la polémica:

Una de las metas para sacar a Brasil de las peores posiciones en los rankings de educación del mundo es combatir la basura marxista que se instaló en las instituciones de enseñanza. Junto con el Ministro de Educación y otros involucrados vamos a evolucionar en formar ciudadanos y no más militantes políticos“.

Para llevar a cabo su plan, Bolsonaro cuenta con el apoyo del encargado de Educación, Ricardo Velez Rodríguez, filósofo de origen colombiano quien fue elegido por el propio Bolsonaro para sacar adelante la educación en Brasil, mediante la familia y los valores.

Este discurso es un claro contraste con la apuesta que el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva y Dilma Dilma Rousseff intentaron implementar desde 2003 cuando Lula llegó al poder y se extendió a 2016, año en que Dilma fue destituida.

**Foto de portada:  Getty Images.

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