“Esos marginales rojos serán prohibidos”, ha sido una de las más recientes declaraciones del candidato a la Presidencia de Brasil, Jair Bolsonaro, quien contiende por el Partido Social Liberal —que de “liberal” tiene pocos tintes, pues Bolsonaro es conocido por su discurso ultraconservador—.

Esta declaración fue en referencia a la gente de la izquierda brasileña, en especial para el exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva, quien permanece en prisión con una condena de nueve años y medio por corrupción.

A cinco días para que se lleve a cabo la segunda vuelta electoral, en Brasil, Bolsonaro ha acentuado su discurso conservador en contra del Partido del Trabajo y sus promesas para componer la situación económica-social de este país —lo que remite al discurso de campaña de Donald Trump—.

En este tenor, Jair Bolsonaro declaró:

“Perdieron ayer, perdieron en 2016 y van a perder la semana que viene. Sólo que la limpieza será mucho más amplia. Esa banda, si quiere quedarse aquí va a tener que someterse a la ley de todos. O salen o van a la cárcel. Esos marginales rojos serán prohibidos en nuestra patria”.

Una situación tensa 

Las palabras de Bolsonaro fueron en contexto de un mitin en Sao Paulo, donde el controvertido conservador se comprometió a terminar con la corrupción e impondrá una colaboración con el Ejército para mantener “la seguridad”, ante los daños provocados por la gestión de Lula da Silva y Dilma Rousseff.

En el último suspiro de la campaña electoral, Jair Bolsonaro reafirmó su política de mano dura contra la delincuencia, en lo que será su propia “guerra” contra el crimen organizado —algo que México conoce muy bien y que no le dio buenos resultados—.

(“Hablamos de combatir a los bandidos rojos basados en el propio curso de las investigaciones de la Policía Federal y “Lava-jato” —así se le conoce al caso Odebrecht— y hubo una gran histeria por parte del PT. Por lo que parece, el discurso sirvió de nuevo”).

Vale recordar que el ultraderechista ganó la primera vuelta de las elecciones con 46.66% de los votos ante el candidato del Partido del Trabajo, Fernando Haddad —quien se llevó el 29% de los sufragios—. De acuerdo con TeleSur, Bolsonaro aventaja la intención del voto, en esta segunda vuelta, con el 59% ante el 41% de Haddad.

Finalmente, este porcentaje denota la tensa situación que se vive en Brasil —entre quienes apoyan el discurso del Bolsonaro y aquellos que defienden, más allá de las propuestas de Haddad, la libertad de expresión, sexual y política, ante las agresiones registradas durante la campaña electoral—.

Foto: Getty Images.

El momento decisivo será el próximo 28 de octubre cuando los brasileños asistan a las urnas y definan el destino de su país: dejarlo en manos de un grupo de ultraderecha o apostar por el camino de la izquierda —que ha recibido varios golpes desde la acusación en contra de Lula da Silva, por el delito de corrupción, y la destitución de Dilma Rousseff como presidenta—.

**Foto de portada: Getty Images.

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Hola, soy Lucy Sanabria. Desde 2018 redacto y reporteo para Sopitas.com, con especial entusiasmo en temas de derechos humanos y LGBT+. En 2021 fui parte de la generación de la beca de Periodismo Incluyente...

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