Así como escasea el agua en Iztapalapa, ahora comenzará a hacerlo la cerveza… al menos la que es vendida de forma irregular, según advertencia de la alcaldesa Clara Brugada.
Luego de tremendos operativos que dejaron con la lengua de fuera a la chaviza que acostumbra quitarse la sed de la mala en chelerías clandestinas (a principios de marzo se reportó la clausura de 80 de éstas), la alcaldesa Brugada aseguró que el combate continuará: es permanente mi’jos.
Mencionó que, de 2015 a 2018, se registró un incremento de 67 por ciento, en la tasa de homicidios @ClaraBrugadaM https://t.co/zlL3z6EABo
— La Jornada (@lajornadaonline) 4 de abril de 2019
De acuerdo con La Jornada, a la fecha han sido retiradas 303 de las chelerías que adornaban el hermoso paisaje de las calles, tianguis y cercanías de las escuelas de Iztapalapa… y la medida no sólo es para evitar que los jóvenes se vuelen las clases para irse a inflar, sino para combatir la inseguridad que muchos ya consideran marca de la casa en la alcaldía capitalina.
Según varios medios, los operativos anti-chelerías arreciaron en Iztapalapa en los últimos cinco meses, esto como respuesta a la demanda de la ciudadanía no abstemia… pero que sí pugna por terminar con la venta ilegal de bebidas alcohólicas.
Con estas acciones las autoridades de Iztapalapa buscan desaparecer del paisaje urbano los puestitos donde se pueden conseguir frías pero ilegales micheladas. Así, en comunicados la alcaldía informa que se han asegurado cientos de cajas de cervezas (principalmente caguamas), finas mesas y sillitas de plástico y metal, vasos de unicel, sombrillas como de tío locochón en Acapulco… y cientos de sobrecitos de panditas y Miguelitos, frasquitos de Tajín, varitas de tamarindo y hasta por ahí camarones y amaranto.
Bueno, los últimos enseres no han sido confirmados… pero tampoco tenemos duda de que así sea.
En fin, además de desmantelar las chelerías, Clara Brugada anunció que está a favor de que continúe el Programa de Desarme Voluntario… total, ya sin gomichelas mucha gente ya no tendrá batería para echar balazos al aire… además, con la ausencia de armas en los domicilios se espera que disminuya la tasa de homicidios, la cual de 2015 a 2018 tuvo un incremento del 65%.