Este jueves, 11 de abril, el mundo entero se detuvo para leer sobre el arresto de una de las figuras más controvertidas del siglo XXI. Esta mañana, en Londres, la policía británica entró a la Embajada de Ecuador para detener a Julian Assange, el fundador del sitio Wikileaks. Minutos antes, el gobierno ecuatoriano le había retirado el asilo diplomático al polémico activista.
Así el momento de la detención de Assange en la embajada de Ecuador en Londres https://t.co/j0Xiwqjr3b pic.twitter.com/S6iX5feXEy
— Sopitas (@sopitas) 11 de abril de 2019
Las razones reales de la detención todavía son desconocidas, pero recientemente se publicó una investigación sobre el presidente de Ecuador que abre la puerta al sospechosísmo y que acusa una vendetta personal en el arresto del canoso y desaliñado hacker.
Un poco de historia: al buen Julian Assange lo acusan de delitos sexuales en Suecia —aunque retiraron los cargos en 2017—, de conspiración en Estados Unidos y de pasarse una fianza por el arco del triunfo en Reino Unido; para algunos otros, su único “delito” es haber incomodado a los poderosos mundiales. Sin embargo, el asilo recibido en la embajada del país sudamericano lo había mantenido libre de enfrentar al Señor Justicia… hasta que el Poder Ejecutivo del Ecuador recibió una tremenda sacudida hace unas cuantas semanas.
Ecuador decidió soberanamente retirar el asilo diplomático a Julian Assange por violar reiteradamente convenciones internacionales y protocolo de convivencia. #EcuadorSoberano pic.twitter.com/V02pvvtPY0
— Lenín Moreno (@Lenin) 11 de abril de 2019
Lenin Moreno es el actual presidente de Ecuador y, aunque Assange nunca había sido santo de su devoción, la relación entre ambas partes se mantenía tranquila y en pie. Curiosamente, es en marzo de este año cuando el mandatario se mete en un problemón: una investigación internacional lo acusa orquestar una millonaria operación de corrupción.
Y el sitio de Wikileaks reportó sobre ella. Oops.
Los INAPapers son una investigación que, a través de una filtración de documentos —la marca de la casa de Wikileaks— revela la existencia de empresas fantasma constituidas en paraísos fiscales dedicadas al lavado de dinero, fraude fiscal, tráfico de influencias y cobro de moches. La cosa es que presuntamente está liderada por Lenin Moreno y también está embarrada su esposa, su hermano, su cuñada, sus embajadores y su mejor amigo.
La investigación arrancó gracias a que supuestamente le hackearon el teléfono al presidente ecuatoriano y le sacaron información de su WhatsApp, Telegran y Gmail.
Rápidamente, las autoridades ecuatorianas reaccionaron al escándalo culpando a su villano favorito: el ministro de Comunicación de Ecuador acusó que la publicación de los INAPapers era una maña de Assange para tirar al gobierno de Lenin Moreno y desestabilizar la paz. El vicepresidente calificó a Wikileaks de “destables, odiosos y repugnantes” y el ministro de Exterior fue mucho más directo: “Assange mordió la mano que le daba de comer”.
¿Y qué dice Wikileaks?
El sitio, pa’ empezar, dice que ellos no fueron quienes hicieron la investigación, afirman que la página “únicamente reportó acerca de la investigación”.
BREAKING: A high level source within the Ecuadorian state has told @WikiLeaks that Julian Assange will be expelled within “hours to days” using the #INAPapers offshore scandal as a pretext–and that it already has an agreement with the UK for his arrest.https://t.co/adnJph79wq
— WikiLeaks (@wikileaks) 4 de abril de 2019
Y luego viene lo importante: aseguran que las autoridades de Ecuador —en lugar de transparentar las acusaciones de corrupción— están usando esta oportunidad para librarse del problema. “El gobierno busca un pretexto falso para terminar con el asilo y protección de Julian Assange”, afirman en un comunicado.