Samuel Oliver-Bruno, es uno de tantos mexicanos que cruzan ilegalmente la frontera para conseguir una mejor calidad de vida, a sus 47 años, ha cruzado el rio Bravo en tres ocasiones, la última en 2017, logró permanecer escondido bajo el amparo de una iglesia santuario en Carolina del Norte durante casi un año, cuando pensaba que finalmente lo había logrado, la policía migratoria estadounidense, le tendió una trampa para deportarlo.
Una de las promesas y amenazas del presidente Donald Trump ha sido endurecer la política migratoria y como lo hemos visto, ha sido una de las cosas que prioriza, sobre todo cuando la caravana migrante compuesta por más de 10 mil sudamericanos está intentando penetrar la valla fronteriza. De tal manera que a estas alturas, cualquier deportación servirá como una lección para cualquier migrante que insista en seguir su camino.
Bruno, salió de la iglesia que lo acogía, para acudir a la oficina migratoria donde completaría la solicitud como residente, para poder quedarse con su esposa e hijos de ciudadanía estadounidense, peo en vez de ello, sólo recibió una orden de aprensión por parte de los agentes del Servicio de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos, ICE.
Activistas defensores de los derechos de los migrantes, han acusado al Servicio de emboscar al mexicano migrante, organizaron diversas protestas intentando impedir que se llevarán a nuestro compatriota, pero la policía migratoria afirma que Bruno no tiene ninguna base legal para permanecer en el país.
Y es que no es la primera vez que el mexicano fue capturado por migración, la primera vez que Bruno cruzó la frontera, fue en 1994, cuando la devaluación en México provocó el cambio de moneda a los nuevos pesos, una vez asentado, su esposa lo alcanzó dos años después, poco después, Samuel Oliver, regresó al país, aunque se desconocen los motivos y condiciones.
Hace cuatro años, en 2014, Bruno consiguió regresar a Estados Unidos de forma ilegal, para acompañar a su esposa que se sometería a una cirugía de corazón. Pero una vez más la policía migratoria lo capturó y durante un juicio en el 2016, se declaró culpable de haber ingresado a suelo estadounidense con papeles falsos, así que fue deportado.
Después de tanto tiempo, la esposa de Bruno y su hijo, han logrado obtener la residencia estadounidense, pero el mexicano se niega a estar lejos de su familia, por lo que en 2017, ingresó nuevamente a Estados Unidos, y solicitó refugio a la iglesia “CityWell United Methodist de Durham”, donde había permanecido todo este tiempo.
Ante las protestas que impedían que subieran al mexicano a la patrulla fronteriza, 27 personas fueron arrestadas, entre ellas, el pastor de la iglesia y el hijo de Oliver-Bruno. El Ice ha informado que al no tener juicios pendientes, será deportado nuevamente a México. El grupo defensor de los migrantes, “Alerta Activista”, advirtieron a la policía migratoria que su deportan, “estarán entregando a Samuel al peligro y a la muerte”.
Dos legisladores de Carolina del Norte criticaron al gobierno del presidente Donald Trump, al que calificaron de “insensible” y “cruel”, por el arresto de un mexicano, pero personal de la iglesia han manifestado que llevarán el caso ante los senadores estadounidenses.