El día de ayer, 22 de enero, las autoridades electorales mexicanas decidieron sancionar por primera vez la práctica conocida como turismo electoral. En su comunicado oficial , el Consejo General del INE castigó al PRI con una multa de 323 mil 700 pesos. Además, sancionaron personalmente a dos ciudadanos afiliados al partido y repartieron 467 amonestaciones públicas a los “turistas” que cacharon.
El turismo electoral es, a grandes rasgos, un delito que se comete cuando cambias tu domicilio ante el INE —sin cambiar de residencia realmente— con el único propósito de votar por un partido en otro Estado o Municipio. También llamados “golondrinos”, los turistas electorales pueden cambiar los resultados de una elección cerrada. Sin embargo, son más notorios en las comunidades pequeñas donde las votaciones locales se pueden decidir por un centenar de votos.
En estas últimas semanas, el INE le ha puesto más atención a esta práctica, la institución electoral mexicana ha turnado más de 5 mil casos a la FEPADE de posibles turistas. También, el Consejero Benito Nacif señaló que el INE regularmente investiga los cambios de domicilio para evitar movimientos extraños.
Sin embargo, a pesar de las investigaciones en la FEPADE y el conocimiento público de esta práctica, esta es la primera vez que se castiga. “No quiere decir que en casos anteriores la Institución no ha hecho nada. Ya había un conjunto amplio de denuncias”, dijo el Consejero Marco Baños.
¿Por qué hasta ahora?
El INE decidió sancionar al PRI y a los ciudadanos afiliados a este por una razón muy particular: la Presidenta de la Comisión de Quejas y Denuncias, Adriana Favela, dijo que “estamos yendo en contra de las personas que actuaron como instigadores, porque precisamente las personas que, desafortunadamente, accedieron a hacer este tipo de cambio de domicilio fueron instigadas por quienes abusaron de su necesidad, de su pobreza, para convencerlos que hicieran ese tipo de actos”.
Ahora, cuando las multas ya empezaron a caer y hay más de 5 mil casos siendo investigados, no dudemos que esta práctica aparezca más seguido en la opinión pública. Aunque el turismo electoral no afecta las elecciones presidenciales, los “golondrinos” y los instigadores ciudadanos tendrán mucha influencia —ilegal y ahora, castigada— en el resto de las votaciones del país.