El seis de Diciembre de 1912, el arqueólogo alemán Ludwig Borchardt se encontraba realizando excavaciones en la región de Amarna. Encontró ahí un busto de 3,300 años de antigüedad, el busto de Nefertiti, una de las obras más sobresalientes del arte egipcio y una de las piezas de arte más valoradas de la historia.
Cuenta la historia que Borchardt limpió con pasmoso cuidado el busto hasta que estuviera libre de polvo o arena. Luego tuvo que enfrentarse con las autoridades egipcias para extraer el busto; lo mostró a muy poca luz y les afirmó que la pieza no tenía importancia alguna.
El Supremo Concilio de Antigüedades egipcio ha pedido reiteradas veces al gobierno alemán que regresen la pieza a suelo egipcio. El gobierno alemán defiende que la pieza ya les pertenece y que cualquier préstamo temporal podría dañarla.
Nefertiti fue esposa de Akenatón, aquel que se dice fue el padre del joven rey Tutankamón. La información que se tiene de Nefertiti está siempre sesgada, algunos dicen que sucedió en el tronó a su esposo, otros dicen que tuvo un enorme poder y que ayudó activamente a la revolución política y religiosa que su esposo propició.
La historia de Nefertiti, como el de muchos gobernantes de la región del Nilo, queda velada pues no se tienen documentos suficientes. Lo que sí ocurrió es que, en el año 14 del reinado de Akenatón, Nefertiti desapareció de todas las inscpriciones, nunca más se volvió a hablar de ella. Este proceso de “desvanecimiento” de las figuras políticas fue muy recurrente en el tiempo de los faraones, ya sea por alguna falta política o una muerte muy dolorosa, ocurría que, de la noche a la mañana, nunca más se volvía a mencionar a algún gobernante.
El busto de Nefertiti, igual que el de Tutankamón está rodeado de esas misteriosas historias de la arqueología de principio de siglo; cien años han pasado desde que el busto de Nefertiti, la más bella que ha llegado, fuera descubierto, y en el Neues Museum se inaugura hoy una exposición para conmemorar el suceso.
***vía El País, Time Magazine y el Egyptian Museum and Papyrus Collection Berlin