Lo que necesitas saber:
La desaparición del INAI implica una regresión a la lucha por el derecho a saber sobre lo que hacen las instituciones de gobierno mexas.
Platicamos con Francia Pietrasanta, abogada de la R3D, sobre lo que viene tras la desaparición del INAI: ¿Cómo nos afecta en nuestro derecho a la transparencia y rendición de cuentas por parte de los gobiernos mexas? Además, claro, del derecho a la protección de datos personales.
Porque mucho se ha hablado de la desaparición del INAI, pero no hay nada mejor que escuchar/leer a una voz experta para aclarar nuestras dudas y saber realmente qué nos espera sin ese puente a la transparencia y protección de datos personales.
Una experta nos explica lo que se viene con la desaparición del INAI
Aunque… antes de irnos con la conversación, echémosle rápido un ojo a conceptos clave como: qué es el INAI y cómo funcionaba.
Sobre todo para cachar lo extraño que resulta que —con la desaparición del INAI— el mismo gobierno sea el que gestione si rinde cuentas, en qué momento y en caso de que no lo haga, ¿quién entraría el quite para que se cumpla el derecho a saber de la ciudadanía?
¿Qué es el INAI?
El Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) es un organismo autónomo cuya función es garantizar el acceso a la información pública y proteger los datos personales de la ciudadanía.
¿Cómo lo hacía? El INAI era un puente entre la ciudadanía y las instituciones de gobierno —secretarías, órganos autónomos, gobiernos estatales, municipales—, partidos políticos, sindicatos, fideicomisos o cualquier figura que usara recursos públicos para sus labores.
Por ejemplo, una como ciudadana presentaba una solicitud de transparencia —en la Plataforma Nacional de Transparencia— preguntándole equis cosa al gobierno.
Si el gobierno negaba esta información, teníamos chance de presentar un recurso ante el INAI para que la revisaro, de acuerdo a los protocolos del derecho a la información.
Si resolvía a favor del lado ciudadano, entonces los gobiernos eran obligados a responder nuestra pregunta mediante una orden de este instituto.
En el caso de la protección de datos personales, el INAI revisaba el uso adecuado de esta información por parte de las instituciones.
Desaparece el INAI
AMLO, Morena y ahora la presidenta Claudia Sheinbaum han dicho que la desaparición del INAI es para que este instituto no duplique funciones y aprovechar sus recursos para otras instituciones. También han acusado casos de corrupción en el INAI.
Y si bien los hubo —como el caso de un par de funcionarios que gastaron los recursos del instituto en un table dance—, bajo esa lógica su desaparición entonces tendría que implicar la de otras instituciones de gobierno con casos de corrupción.
Sin embargo, más allá de estos argumentos la bronca está en que la iniciativa que busca desaparecer 7 órganos autónomos —entre ellos el INAI— no define a detalle cómo se van a repartir sus tareas.
En el caso del INAI, la propuesta es que sus funciones las tome la nueva Secretaría Anticorrupción y Buen Gobierno.
“Dicen que la Secretaría de Anticorrupción, además del tema de transparencia, también va a ser la encargada de establecer medidas en materia de datos personales.
Sin embargo, no delimitan exactamente qué atribuciones van a ser estas y habrá que hacer adecuaciones a las leyes en materia de datos personales, que será una tarea pendiente en el Legislativo (el Congreso de la Unión) después de que se materialicen las reformas”, nos explicó Francia Pietrasanta, abogada de la Red en Defensa de los Derechos Digitales (R3D).
Además, la abogada especialista en transparencia y protección de datos nos explicó que muchas de las tareas del INAI quedarán repartidas en distintas instituciones o agencias.
Es decir, que no se ve hasta hoy a una institución rectora de esos derechos y esto genera dudas sobre “la capacidad técnica real de estas instituciones para poder verdaderamente proteger los datos”, por ejemplo.
Sobre la transparencia, la cosa va igual porque cada secretaría e institución decidirá si responde o no a las solicitudes de la ciudadanía.
Menos transparencia, más burocracia
“Realmente se va a convertir en una labor bastante pesada y desgastante el poder transparentar información”, precisó Francia Pietrasanta.
Va de nuevo: en caso de que las secretarías o los gobiernos se nieguen a hacer pública la información que periodistas, activistas o cualquier otro ciudadano les pida, “el poder pelear por esta información va a ser bastante complicado”.
Porque, enumeró Francia Pietrasanta, la cosa se iría a litigio: “No vamos a tener una autoridad previo como lo era el INAI que pueda revisar la resolución y con la capacidad técnica pertinente para resolver de manera favorable posible”.
Además de que el litigio podría tardar años hasta, en caso extremo, llegar al amparo.
Una regresión
La iniciativa que desaparece este y otros organismos autónomos todavía no concreta a detalle cómo serán los mecanismos para que otras instituciones tomen sus tareas.
En el caso del INAI todavía falta esperar a que todos los detalles los integren en las leyes secundarias.
De ahí se viene un camino largo. Algo así como una regresión a la victoria por el derecho a saber que la misma ciudadanía impulsó en el 2000.
Y cuyos resultados se tradujeron en la revisión de cuentas a los gobiernos con investigaciones periodísticas que destaparon casos de corrupción cañones —mediante el mecanismo de transparencia que está por desaparecer.
Ahí tenemos el caso de la Casa Blanca de EPN, la Estafa Maestra o el desfalco millonario en Segalmex.
Por eso, “cada vez se vuelve más importante la transparencia, aún lo podemos hacer, aunque a lo mejor va a ser más complicado”, concluyó Francia Pietrasanta.