Algunos días se arrebatan el micrófono y otros se los comparten. Un día son alianza y al otro acérrimos rivales. Los grupos parlamentarios en la Cámara de Diputados se la viven atorados en ese ‘juego legislativo’ que termina por decidir qué proyectos, leyes o decretos se aprueban… y cuáles terminan arrumbados en el escritorio.
Un juego importantísimo de mayorías, minorías y sobre todo, del poder que tienen.
Para que no se nos haga bolas el engrudo, aprovechamos que está entrando una nueva camada de ‘buenospanada’ a la Cámara de Diputados y buscamos todas las votaciones que contempla el Legislativo en México.
Con eso de que se están conformando nuevos equipos, con nuevos tamaños y distintas fuerzas podemos hablar de la mayoría calificada y por supuesto, de lo más importante en sentido práctico: qué significa, quiénes la controlan y qué leyes podrían aprobar con este concepto a la mano.
Ahí les va. Empecemos con lo más importante.
La mayoría calificada
La mayoría calificada es la votación más grande, choncha —y podríamos decir importante– que se contempla en la Cámara de Diputados.
Esa es la mayoría que se alcanza con dos terceras partes de los miembros presentes de la Cámara. En el caso mexicano, si tenemos asistencia completa y como hay 500 diputados en total, ese resultado se logra con 334 votos… aunque claro, el número puede bajar si no todos los diputados y diputadas se encuentran presentes.
“Su significado se explica en la necesidad de ampliar el consenso entre las fuerzas políticas integrantes”, explica la utopía detrás de la regla.
¿Existe mayoría calificada en la Cámara de Diputados?
Existe, sí… pero nomás porque está contemplada en las reglas. Al menos pinta complicado en la Legislatura que empieza en septiembre del 2021.
No parece que habrá muchos diálogos, ni maneras de conseguir grupos lo suficientemente grandes. En estos momentos, ningún partido, grupo parlamentario y ninguna alianza —de las conocidas públicamente— controla la mayoría calificada en México.
Nomás poniendo el ejemplo más práctico para la LXV Legislatura que empezó en este 2021. Si juntamos a todos los miembros de Morena (198), Verde (43) y Partido del Trabajo (37) alcanzarían los 278 diputados —menos de los necesarios para una mayoría calificada. Cifra que, por cierto, tampoco alcanzarían ni sumándole una posible alianza con los 23 asientos de Movimiento Ciudadano.
O sea que si se quisiera construir una mayoría calificada tendrán que hacerse demasiadas concesiones, discusiones, pleitos y tender puentes entre grupos que, pareciera, se llevan de la fregada.
¿Qué se puede votar con la mayoría calificada?
Ahí les va, según las leyes mexicanas, hay varios asuntos que únicamente se pueden aprobar con la mayoría calificada (dos terceras partes de los votos).
La más importante de todas es, por supuesto, la Carta Magna. Neta. La única manera de hacerle cambios o reformas a la Constitución es por la vía de la mayoría calificada en ambas cámaras. Entonces, para los tres años que vienen… esperen que se pongan buenos los cates.
Después hay otros asuntos bastante interesantes que se los dejamos a modo de lista, para que esto no sea un enredo enorme:
- Zapear al Ejecutivo y regresar para su publicación inmediata las leyes que, si a caso, pasaron por su veto.
- Aprobar la creación de un nuevo Estado de la República… aunque nunca pasaría pronto. Creo.
- Si se necesitara un presidente interino, tienen que tener mayoría calificada para darle inicio a un nuevo Colegio Electoral.
- Designar titulares de la Auditoría Superior de la Federación.
- Los nombramientos de los consejeros y del órgano de control interno en el Instituto Nacional Electoral (INE).
- Los titulares de todos los Órganos Internos de Control de los organismos autónomos.
- Designar a los consejeros del CONEVAL.
- También se necesita mayoría calificada para algunos asuntos internos como la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, la Contraloría y la Secretaría General.
¿Qué podemos esperar?
Pues de cajón, en la Legislatura que empieza podremos anticipar tres pleitos muy importantes.
¿La razón? Desde antes de que se supiera cómo iba a quedar conformado el panorama de la mayoría calificada en la Cámara de Diputados, el presidente anticipó una serie de reformas constitucionales que busca impulsar.
La primera de ellas es una reforma a la industria eléctrica, ya saben, para seguir en el camino de impulso a la Comisión Federal de Electricidad (CFE). La segunda sería una reforma electoral que involucraría sacudir los costos de las elecciones, asuntos con el Instituto Nacional Electoral (INE) e incluso, moverle a la cantidad de plurinominales que existen en las Cámaras.
Y por supuesto, la tercera… que será la que más alarmas prende: la incorporación de la Guardia Nacional —oficialmente— al poder militar. Se propone que ingrese al organigrama de la Secretaría de la Defensa Nacional.
Como decíamos unas líneas arriba, para estos tres cambios a la Constitución se necesita, a fuerza, que exista una mayoría calificada en la discusión. Dos terceras partes de manos levantadas que avalen esas reformas y para las que… al menos en la LXV Legislatura, se necesitará mucho diálogo.