¿Pero por qué o qué? Como si se tratara de la historia de una famosa caricatura, científicos implantaron “minicerebros” creados a partir de células de humanos a ratas recién nacidas.
¿Por qué implantaron “minicerebros humanos” a ratas?
Fue en la revista Nature que científicos publicaron un nuevo estudio con el que dieron a conocer que implantaron “minicerebros humanos” a ratas recién nacidas. Bueno, en realidad se trata de organoides en 3D que se crearon a partir de células madre que funcionan como los órganos reales.
¿Por qué hicieron esto? Según los expertos, colocar tejido cerebral humano en los cerebros de los roedores formó parte de un estudio de enfermedades. Sí, indicaron que los hallazgos ayudarán a producir mejores modelos realistas de enfermedades neuropsiquiátricas humanas.
Y es que aseguraron que los organoides cerebrales representan un medio prometedor para el desarrolló de enfermedades humanas, siempre y cuando se cultiven dentro de seres vivos, ya que cuando se crean fuera de cualquier cuerpo, no tienen conectividad neuronal.
En esta ocasión, por todo lo anterior que les contamos, Sergiu Pașca, de la Universidad de Stanford en California, y su equipo trasplantaron organoides de cerebro humano en la corteza somatosensorial de cerebros de ratas recién nacidas, la zona encargada de recibir y procesar información sensorial de todo el cuerpo.
¿Y qué descubrieron con este experimento?
Los científicos consiguieron con este experimento que los organoides maduraran dentro de las ratas recién nacidas (algo que no habían logrado con adultas), que se integraran bien en los circuitos neuronales, y que demostraran funcionamiento en sus cerebros.
A partir de todo esto, igual lograron establecer vínculos entre la actividad de las células humanas y el comportamiento de los animales utilizados, con lo cual se demostró que los “minicerebros humanos” podían modular la actividad neuronal de las ratas y provocar la búsqueda de recompensas.
Como dato curioso, los científicos comprobaron que las neuronas del organoide implantado tenían actividad cuando movieron los bigotes de las ratas, lo que igual mostró que las neuronas colocadas podían responder a la estimulación sensorial.
Pero ya hablando de cosas específicas, el equipo trasplantó células de tres pacientes con el síndrome de Timothy, una enfermedad genética relacionada a problemas cardíacos, y se dieron cuenta que se presentaban defectos neuronales específicos.
“Esta técnica podría representar un poderoso recurso para complementar los estudios de laboratorio sobre el desarrollo y la enfermedad del cerebro humano”, aseguraron por último los expertos del estudio.