A solicitud de una organización no gubernamental (ONG) y de la Corte Penal Internacional (CPI), un tribunal sudafricano prohibió la salida del presidente de Sudán, Omar al-Bashir, quien se encuentra de visita en Sudáfrica para la Cumbre de la Unión Africana (UA).
Omar al-Bashir es requerido por la CPI por crímenes de guerra, crímenes de lesa humanidad y genocidio desde 2009, por el conflicto que se vive en Darfur, al oeste de Sudan y que hasta el momento registra más de 300 mil muertos.
La CPI indicó que solicito desde el 28 de mayo la entrega de al-Bashir, ya que Sudafrica, como miembro, tiene la obligación de detener y entregar al presidente, pero el embajador sudafricano en Holanda respondió que su país quedaba frente a obligaciones contradictorias.
Ante esta situación, la ONG sudafricana “Southern Africa Litigation Center” presento una demanda urgente para que la justicia sudafricana haga un pronunciamiento sobre el presidente sudanés.
Al-Bashir se proclamó presidente de Sudan después de dar un golpe de estado en 1989 y es señalado por apoyar el uso de milicias árabes yanyauid en el conflicto de Darfur, que inicio en febrero de 2003 y continua actualmente, lo que ha motivado a que miles de personas fueran desplazadas y asesinadas.
El gobierno sudanés públicamente ha negado su apoyo a los yanyauid, grupo miliciano de la tribu baggara de los abbala, etnia árabe que se dedica a la cría de camellos principalmente, les ha proporcionado armas y asistencia y ha participado con ellos en los ataques contra los pueblos Fur, Zaghawa y Masalit.
Este conflicto, a diferencia de lo ocurrido en la Segunda Guerra Civil sudanesa (la primera duro 17 años, de 1955 a 1972 y la segunda guerra civil termino en 2005 con un Acuerdo General de Paz y la proclamación de una nueva constitución que dio lugar a la separación de la región sur del país, que paso a llamarse República de Sudán del Sur) no se trata de un conflicto entre musulmanes y no musulmanes, es un conflicto racial entre árabes y negros.
Por su parte, el Secretario de Relaciones Exteriores de Sudán, Kam al Ismail, dijo enfaticó que aunque Sudafrica es miembro de la CPI, también es miembro de la UA y que dio garantías al presidente al-Bashir de que iba a ser bienvenido en Sudafirca y que iba a regresar a Sudán cuando quisiera.
En un comunicado, los portavoces de la jefa de diplomacia europea, Federica Mogherini, solicitaron a nombre de la Unión Europea (UE): “La UE espera de Sudáfrica, un Estado parte de la Corte, que actúe acorde con la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU 1593, para ejecutar la orden de arresto contra cualquier acusado presente en el país”
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