Cuando llegue el Apocalipsis y la humanidad sea destruida de una vez por todas, entre los escombros los únicos entes que sobrevivirán serán las cucarachas, Keith Richards, Lemmy, Ozzy Osbourne e Iggy Pop, quien hoy llega a los 68 años en completo uso de sus facultades mentales y su carne convertida en arrugados cueros.

Aún así, Iggy no es un tipo que se avergüence de su cuerpo a pesar de lo avanzado de su edad o de los memes sobre sus pellejos que circulan por todo el internet. Él dice que cuando se mira al espejo realmente piensa que es un tipo muy atractivo, el mejor de hecho.

James Newell Osterberg nació en Muskegon, Michigan. Contrario a la mayoría de las historias del Punk, la infancia y juventud de Iggy fueron bastante felices, incluso sus padres le cedieron su habitación en el trailer que vivían para que Jimmy pudiera meter la batería que tanto ansiaba tocar. El apoyo de sus padres no sólo se quedó ahí también se encargaron de diseñar su vestuario para las primeras presentaciones de los Stooges, en los que Iggy podía aparecer lo mismo con un vestido, la cara pintada de blanco y un afro plateado, que con pantalones de plástico transparente, pintado con brillantina o vestido de mantis religiosa.

Iggy es una de las personalidades más reconocibles del mundo del rock. Su pecho desnudo, su eterno bronceado, sus caderas salidas y sus movimientos sinuosos de serpiente lo han convertido en una imagen infaltable en el panorama de la música estadounidense y mundial.

Reafirmando el lugar del cuerpo como arma de transgresión, causó gran revuelo cuando se le vio en una campaña vestido con un un lujoso vestido de coctel y un bolso de Dior, al lado de lo cual aparecía la frase “no me avergüenza vestirme como mujer porque no creo que sea vergonzoso ser mujer.”

Es por ello que Iggy rara vez aparece con camisa sobre el escenario. Es por ello que enfrentaba al público con su cuerpo, que lo usaba como arma para provocar reacciones. Es por ello que se embadurnaba de mantequilla de cacahuate y luego se tiraba a la audiencia, para enfrentarlos con la carnalidad, con las sensaciones táctiles y despertarlos del letargo en que pudieran estar sumidos por las tonterías de la vida diaria que no tienen importancia.

El cuerpo de Iggy Pop es un recordatorio para hacernos sentir vivos, aunque él ya parezca más cercano a lo contrario, a su edad es un hombre vital, energético, el Rock and Roll, la electricidad que de él emana lo han mantenido funcionando durante estos 68 años y seguramente lo hará durante 68 más si se lo propone.

Celebramos a este maestro hoy con unos cuantos videos que dan cuenta de lo que les hablamos

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