El subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López Gatell, está volviendo a los reflectores por la peor razón posible. Justo cuando sentimos que la pandemia de COVID-19 es cosa del pasado, las palabras “viruela de mono” resuenan con más fuerza y ya se confirmó un nuevo caso en CDMX.
Ya hay otro caso de viruela de mono en CDMX
Fue a través de su cuenta de Twitter donde el funcionario confirmó la noticia. Eran cerca de las 11 de la noche cuando Gatell compartió el breve reporte sobre el caso confirmado de viruela de mono en CDMX.
El subsecretario explicó que el paciente se encuentra en el Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológicos (InDRE), pues dicho Instituto fue el que reveló el diagnóstico del paciente.
“Comparto que el InDRE ha confirmado un segundo caso de viruela símica en la Ciudad de México. El paciente se encuentra estable, recibe atención médica y se establecieron las medidas de aislamiento y control“.
El primer caso de viruela de mono fue detectado el pasado 28 de mayo. Igualmente la noticia fue compartida por Hugo López Gatell en su cuenta de Twitter.
En esa ocasión se trató de un hombre de 50 años, residente permanente de la Ciudad de Nueva York. Se reportó que muy probablemente se habría contagiado en Holanda.
Lo que se sabe de la viruela de mono
Según la Organización Mundial de la Salud, la ‘viruela del mono’ es un virus transmitido a los humanos por animales que tienen el virus del género Orthopoxvirus en la familia Poxviridae, como roedores y primates.
Las personas pueden contraer la enfermedad cuando son mordidas o arañadas por un animal salvaje, preparan animales de caza o tienen contacto con un animal o producto infectado. En pocas palabras, si la persona tiene contacto directo con la sangre, fluidos corporales o lesiones cutáneas/mucosas en animales infectados.
La única “buena” noticia de todo esto, es que la mortalidad es relativamente baja. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), en Estados Unidos reportan que los casos de viruela de mono son fatales en 1 de cada 100 pacientes.