Hubertus Hohenlohe “el último hombre renacentista” es un príncipe Alemán, fotógrafo profesional, empresario (aunque en esta época quién no es empresario… pero bueno), estrella pop de ocasión y sobre todo, es la máxima leyenda del esquí alpino mexicano. Su nombre completo es Hubertus Rudolph von Füsrstenberg-von Hohenlohe-Langenbur, nació en la ciudad de México hace 55 años y está listo para competir el 19 de febrero en la prueba Slalom Gigante en la olimpiada invernal en Sochi. (Sochi, Rusia, nada que ver con Xochi-milco).
Es la quinta olimpiada en la que participa Hubby, como le digo de cariño, y es por mucho el atleta más veterano de la justa. En la última olimpiada de Vancouver 2010 quedó en un muy buen 78avo lugar entre 81 competidores a tan sólo 17 segundos de la medalla de oro. Es dignísimo para México, un país donde hay nieve solo una vez cada 5 años y de inmediato nos lanzamos a topilear al ajusco. Subes, armas tu muñeco de nieve, te comes una sopita de médula, montas el muñeco al toldo de tu coche y te vas a tu casa feliz de la vida en lo que se va derritiendo.
Hubertus nació en México debido a que su papá fue quien trajo la fábrica de Volkswagen a Puebla . Su padre era el príncipe Alfonso Maximiliano Victorio Eugenio Alexandro María Pablo de la Santísima Trinidad y Todos los Santos zu Hohenlohe-Langenburg a quien sus amigos llamaban cariñosamente “Poncho Max”. Su mamá, su Alteza Serenísima Princesa Virginia Carolina Theresa Pancrazia Galdina of Fürstenberg, es descendiente de la familia Agnelli, dueños de la FIAT y de la Vecchia Signora la Juventus de Turín. A los 4 años se fue de México para nunca volver. Se mudó a Austria donde aprendió a esquiar por lo que probablemente su platillo favorito sean las enchiladas suizas.
Hubby tirando estilo con su novia Simona Gandolfi
En 1981 regresó a México para fundar la “Federación Mexicana de Esquí” donde él fungía como presidente, tesorero, secretario y único miembro del equipo. Quiero imaginar que, para ir a las olimpiadas, era mucho más sencillo organizar tu propia federación en México que competir por una plaza en el equipo Austriaco.
Estoy pensando seriamente irme a Austria y fundar la “Asociación Austriaca de Charrería”. Winning. Su primera olimpiada fue Sarajevo ‘84 participando también en Calgary ‘88, Albertville ‘92, Lillehammer ‘94 y finalmente Vancouver 2010. No participó en Turín 2006 porque no se lo permitió el presidente del Comité Olímpico Mexicano Felipe Muñoz, a quien le apodan “El Tibio” porque su papá era de Aguascalientes y su mamá de Río Frio. Me mata eso.
Ningún atleta en la historia del olimpismo ha representado con mayor sinceridad la frase “Lo importante no es ganar sino competir” como el buen Hubertus. Leí hace poco un pensamiento sobre la inutilidad de ganar una medalla olímpica. Decía que ganar el oro olímpico significa que su poseedor ha hecho algo más capazmente que cualquier otra persona sin beneficiar a nadie. ¿O díganme en que ayuda a la humanidad ser medalla de oro en lanzamiento de bala?
Entre olimpiada y olimpiada, a Hubertus le entró el gusanito de la fotografía. Resulto ser un visionario en la materia. Nadie le da crédito, pero probablemente el inventó la “selfie” palabra del año 2013. Observen bien la foto y se darán cuenta que su #selfie no está hecha con un Ayfon, parece una Leica de las antigüitas que usaban rollo. Pinche guey guapo y evidentemente la foto es una #nofilter. Aquí podemos ver a Hubertus en acción en su rol de fotógrafo en un shooting con modelos checas en los Alpes suizos. Nice.
Finalmente, pero por mucho, lo que me hace más fan de Hubertus es su carrera musical, donde se le conoce como “Andy Himalaya” o “Royal Disaster”. Ha editado 5 albums: Rio de 1988, Busy Going Nowhere 1993, Shopping Bags & Religion 2002, Spiegelbilder 2002 y Enter Mi Universe en 2004. Dicen que en su juventud fue amigo Andy Warhol quien es una clara influencia en la creatividad artística de Hubby.
Miren su video del 2008 de su éxito “I want pop”. Muero de risa.
Por: @hombregratis
