Por: Lulú Urdapilleta

¡Estas son noticias que dan gusto! Donde antes se iluminaban con velas cuando caía la noche y dejaban de lado sus actividades cuando ya oscurecía, ahora disfrutan de un cambio en sus vidas con la instalación de celdas solares en las zonas rurales de San Luis Potosí.

Esto fue posible gracias al proyecto Luces de Esperanza, el cual ha servido como un oasis tecnológico para llevar energía eléctrica sustentable, eficiente y amigable con el medio ambiente hasta el corazón de las comunidades apartadas de México.

Iberdrola México es la encargada de lograr este sueño para 100 viviendas distribuidas en 36 comunidades de los municipios de Tamazunchale, San Martín Chalchicuautla, Matlapa y Tampacán.

Foto: Lulú Urdapilleta

La zona rural de Tamazunchale es de difícil acceso, lo cual significaba un alto costo para llevar toda la infraestructura que se necesita para crear una red eléctrica; sin embargo, mediante la colocación de paneles solares, Iberdrola utiliza la energía solar para llevar luz eléctrica a sus habitantes y así poder aprovecharla y darle un impulso a su comunidad, como es el caso de la Casa de Salud de Xiliapa, uno de los centros comunitarios que se han electrificado con esta iniciativa.

Ya puedo escuchar radio y ver tele, prácticamente mi familia desde que llegó aquí hace unos 50 años estábamos con puras velas”, expresa emocionada doña Paula Zamudio Cruz, de 95 años de edad, habitante originaria de la comunidad de El Clérigo.  

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Un caso especial es el de Don Ramón Santos, de 66 años, quien luego de vivir 40 años en la comunidad de Ahuehueyo Ixteamel afirma que actualmente puede preparar café a su esposa sin utilizar carbón, leña o diésel:  “Es la primera vez que tengo luz desde que llegué a vivir aquí. Ya le puedo hacer el cafecito a mi esposa, antes batallábamos en comprar diésel o velas, pero no aguantan, están caras y no rinden, con los paneles solares ahorro dinero;  estoy contento porque cuando quiero la luz, ilumina bien. En la noche está muy oscuro, ahora sí puedo poner la luz y leer un librito. No tengo nada con que agradecer más que con mi boca“.

Así es el reflejo de estas comunidades históricamente invisibilizadas por estar en zonas aisladas, sin embargo, el proyecto Luces de Esperanza interactúa ecológicamente sin contaminar, respetando sus espacios originales donde es importante promover las energías sustentables y limpias.

Felices por tener luz para cargar los celulares, ver tele, usar la licuadora, y ya no utilizar velas, los beneficiados de estas comunidades se sienten agradecidos de haber sido tomados en cuenta.

Foto: Lulú Urdapilleta

Por otro lado, la organización ConcentrArte, a través del proyecto Energía que da Vida, fue invitada por la compañía para impartir talleres dirigidos a promover la educación ambiental y el uso de energías sustentables y renovables entre los pobladores de la comunidad. 

De acuerdo con el ingeniero Manuel Argüelles, director de la central de Tamazunchale de Iberdrola México, en esta fase ejercieron un presupuesto de 7 millones de pesos: “Este proyecto es de bastante orgullo y satisfacción personal y a nivel empresa, deja mucho porque es de beneficio directo a las personas”.  

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La segunda fase de Luces de Esperanza contó con la colaboración técnica de Iluméxico y el apoyo de los gobiernos locales, tal como detalla Argüelles, quien añade es un plan enfocado socialmente.

“El objetivo de esta iniciativa es satisfacer las necesidades energéticas de los hogares que no cuentan con este recurso, promover la atención médica de calidad, combatir el rezago educativo e impulsar las actividades productivas”.

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Desde noviembre de 2019, Iberdrola impulsó el proyecto Luces de Esperanza en San Luis Potosí y en diciembre de 2020 lo extendió a Oaxaca. Con este programa se busca beneficiar a 12,000 personas, por lo que invertirán 80 millones de pesos hasta 2024.

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