Pues… ya pasó la rebambaramba de la eliminación del horario de verano y la madrugada del 30 de octubre fue la última vez que ajustamos nuestros relojes en la mayor parte de México. Sin embargo, en medio de esta decisión quedó pendiente una conversación que bien tendría que ser retomada por el gobierno: ¿qué onda con la seguridad?
Si le siguieron el paso a esta discusión seguro se encontraron con personas —en su mayoría mujeres— que no estaban de acuerdo con quitar el horario de verano, porque además de los atardeceres súper chidos que veíamos a las 8-8:30 de la noche, el ambiente lo percibían más inseguro.
Es decir, la noche va a caer más temprano y, por lo tanto, sus trayectos del trabajo o la escuela a casa se volverán más inseguros.
Otro grupo de mujeres debatió esta idea, señalando que esa misma situación sucedía en las mañanas, con este horario. Es decir, que a eso de las 6 am había menos luz e igual los trayectos parecían inseguros.
Mujeres del centro y las periferias entraron a esta charla. Aunque, el gobierno no le puso tanta atención a estas observaciones. Por eso, por acá nos preguntamos: y ahora que ya quitaron el horario de verano, ¿qué pasa con la percepción de seguridad? ¿Existe una relación entre el género, los husos horarios y la inseguridad en los espacios públicos?
El horario de verano, seguridad y género
En Sopitas.com conversamos con Isaac Ali Siles Bárcenas, doctor en Sociología por la Universidad de Manchester e integrante del Centro de Investigaciones y Estudios de Género (CIEG) de la UNAM para saber cómo podemos ubicarnos en medio de estas reacciones y el horario “estándar” que tanto promovió el gobierno de AMLO.
Y lo primero que encontramos en esta charla es que sí: el género tiene que ver, peeeeeero también con los espacios públicos, sus dinámicas y muchos otros aspectos de la vida social. ¿La razón?
“El género entendido como una estructura de relaciones que ordena la convivencia, la interacción entre personas, específicamente entre hombres y mujeres y otras identidades o género; es una estructura que toca todos los aspectos de la vida.
(Ojo) No es la única que ordena nuestras vidas, hay otras estructuras que las ordena como la clase social, edades, tonos de piel, pero esta en particular está presente en todos los sentidos de la vida y en ese sentido, sí, la manera en que está organizado nuestro tiempo —el tiempo de producción, trabajo, descanso— el género también está presente ahí”.
Parafraseando la explicación de Isaac Ali Siles, el género está ahí presente en nuestras dinámicas sociales y lo que las rodea.
Y partiendo de esa idea, podemos avanzar a la conversación que hubo en redes sobre las preferencias de horario entre mujeres del centro y las periferias en CDMX.
La discusión
Uno de los argumentos principales para quitar el horario de verano era que el cambio le pegaba a la salud de los/las mexas, además de que el ahorro de energía era poco —ACÁ les dejamos una pequeña lista de los pros y contras.
Pero para que todo fuera más democrático, la Segob (Secretaría de Gobernación) hizo una consulta para ver si la gente quería que este horario siguiera en su vida —ya ven que desde 1996 entró en vigor en México.
Aplicó la Encuesta Nacional Telefónica 2022. Horario de Verano —que costó, de acuerdo con info oficial obtenida vía una solicitud de transparencia hecha por el periodista de Aristegui Noticias Rafael Cabrera, casi 350 mil pesos.
La encuesta tenía 16 preguntas, pero sólo una fue sobre el cambio de horario y el resto eran acerca de la percepción de la gente ante el AMLO, el COVID, la corrupción y seguridad.
¿Entonces qué pasó? 25% de la gente dijo que todo ok con el horario de verano. Y el 71% optó por dejar solo uno. Ya con eso, avanzó su eliminación. Y así quedaron los husos horarios en nuestro México:
Peeeeeeero
Mientras esta iniciativa avanzaba en el Congreso de la Unión, en redes decenas de mujeres compartían sus experiencias.
Mujeres del centro que decían que esta decisión estaba cargada de cierta misoginia e ignorando la crisis de violencia que vive nuestro país.
Como les comentamos un poco más arriba, todo está ligado con el hecho de que en primavera y verano —sin un horario estacional—, va anochecer más temprano.
En aquel momento las mujeres del centro (de CDMX) consideraron que iban a estar más expuestas a situaciones de riesgo, porque habrá menos luz en la tarde.
Las mujeres de la periferia rechazaron esa idea. Pusieron como ejemplo que ellas tienen que salir de casa súper temprano —a las 5 o 6 de la mañana— para ir a trabajar o la escuela, sin la luz del Sol.
Y a partir de estos argumentos se asomó el tema de la seguridad —que para el segundo grupo eso era lo más importante, un poco más allá que la eliminación del horario de verano. ¿Por qué?
Porque no importa si anochece más temprano o tarde o si hay luz del día en las mañanas. Lo importante es que a cualquier hora del día las mujeres estén seguras.
Una cuestión de género
“De entrada con esta premisa, sí, efectivamente, cualquier modificación que se haga en torno a eso tiene su dimensión de género. Y cómo esto les afecta tiene su validez y hay que escucharlo”, nos explicó el colaborador del CIEG.
Para Isaac Ali Siles solemos dar por hecho cómo está organizado nuestro tiempo, pero hay ciertos factores a los que debemos ponerles atención —como la seguridad y por qué el género está relacionado con una simple modificación al horario.
“La seguridad no tendría porqué estar necesariamente vinculada con si hay luz natural o no. O sea, es cierto que a lo mejor la luz natural favorece o desincentiva la comisión del delito, particularmente contra las mujeres u otras personas en situación vulnerable.
Pero también es cierto que no es uno el único elemento que juega un papel. El uso del espacio público es otro ámbito de vida que está marcado y, de alguna manera, moldeado por el género.
¿Quiénes utilizan el espacio y cómo lo utilizan? ¿Qué cuerpos lo utilizan y cómo? También está determinado por el género”.
El también sociólogo de la UAM (Universidad Autónoma de México) Azcapotzalco puso este ejemplo: el de las sociedades industrializadas en esta modernidad, como la de CDMX.
En este tipo de ciudades el espacio público está pensado como un espacio masculino y para que los cuerpos masculinizados lo ocupen con mayor libertad, con una sensación de derecho al espacio, más que los cuerpos feminizados.
“Eso, por ejemplo, está más en el fondo de los fenómenos de acoso, violencia contra las mujeres y las infancias”.
Y sobre esta discusión en particular, Siles Bárcenas aseguró que son relevantes las voces que argumentaron y expusieron las distintas problemáticas —porque hablan desde la diversidad de los grupos sociales que integran una ciudad o una zona metropolitana.
Escucharlas también es útil para crear políticas públicas inclusivas desde el gobierno.
Ahora, regresando al tema de la desaparición del horario de verano, el género y la seguridad, “en realidad el tema no es tanto si salimos una hora más tarde o temprano de casa, el tema es que necesitamos replantear la manera en que usamos el espacio público para que sea más incluyente, menos hostil, más seguro para las personas en condiciones vulnerables”, concluyó.
Percepción
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE) 2021 del Inegi (Instituto Nacional de Estadística y Geografía), el 49.5% de las personas encuestadas, mayores de 18 años, dejó de salir de noche por temor a ser víctimas de algún delito.
Y sobre salir a caminar solos/solas por la noche, solo el 38.6% se sintió seguro. 31.1% fueron mujeres y el 47.0% hombres —por acá podemos ver un poco reforzado el comentario del doctor Ali Siles sobre el espacio público pensado para figuras masculinizadas.
Entonces, si llegaron hasta esta última parte del texto, vale la pena reflexionar cómo un cambio —como la eliminación del horario de verano— sí impacta en la vida pública de las mujeres, en la seguridad y que sí está relacionado con una cuestión de género, como otras cosas que giran en torno a la vida cotidiana.
Aquí el reto queda tanto para sociedad como gobierno. El segundo en la construcción de políticas públicas que garanticen la seguridad de todas, todos y todes.