El cuerpo de muchos ya lo pedía: este domingo terminará el horario de verano y, por lo consecuente, iniciará el de invierno (¡qué observadores!). Antes de ir a dormirte este sábado recuerda atrasar una hora tus relojes, para que el domingo —al reanudar tus actividades— lo hagas con el nuevo horario.
Esta política no aplica en todos los estados de la República Mexicana, en contra de lo que podríamos pensar: por ejemplo, para los 33 municipios que se encuentra en la franja fronteriza del norte de México el horario de invierno no iniciará sino hasta el próximo domingo 6 de noviembre.
De acuerdo con Animal Político, las entidades de Quintana Roo y Sonora no participan en el horario de verano, por lo cual sus habitantes no tendrán que atrasar una hora sus labores.
Y A TODO ESTO, ¿PARA QUÉ SIRVE EL MENTADO CAMBIO DE HORARIO?
En teoría, el que atrases o adelantes una hora tu reloj, sirve para ahorrar energía y reducir la emisión de contaminantes a la atmósfera (aunque creas que sólo es una conspiración illuminati para desajustar tu rutina). Los expertos no se han puesto de acuerdo si en realidad estas medidas ayudan a reducir el impacto ambiental o no, apunta la revista National Geographic.
Según las cifras del Fideicomiso para el Ahorro de Energía Eléctrica, durante el horario de verano en 2016 se evitó la emisión de 468 mil toneladas de bióxido de carbono a la atmósfera, el principal contaminante que produce el denominado efecto invernadero.
¿Ustedes qué creen? Se tiene la creencia popular que en los primeros días de el cambio de horario podemos dormir hasta una hora más, aunque esta percepción no es sino un mito que emana de nuestra antigua rutina. Igual, con el frío que estamos sufriendo en gran parte del país, despegarnos de las sábanas está siendo cada vez más complicado.
