Porque para aburrir a las audiencias, nomás él… el candidato presidencial independiente Jaime Rodríguez Calderón no se conforma con eso de mochar manos y también quiere rebanar al programa radiofónico “La Hora Nacional”.
De acuerdo con el fan de los afiladores, el espacio que ocupa la tradicional emisión bien podría ser comercializada por la gente de la industria de las telecomunicaciones… total, “nadie escucha el programa, que bien podría transmitirse en Facebook (…) Si yo soy presidente se acaba esa chingadera, no son necesarios”, prometió el gober con licencia de Nuevo León, para después hacerle al Memo Ríos y solicitar el aplauso del público… En serio: “Apláudanme”, remató.
Lo anterior fue una promesa con tintes cabulescos que el licenciado Bronco se aventó para ejemplificar su propuesta de eliminar la obligatoriedad de los tiempos del Estado en espacios de radio y Televisión… a cambio, lo que pide es que los medios creen contenido informativo y entretenido.
¿Y qué, la Hora Nacional no entretiene? Bueno, sí… ¿Y no entretiene? Pues… aunque bueno, una opción sería mejorar el formato, ¿no?, ¿Por qué esa necesidad de mochar lo que – a su criterio – no sirve?… porque es El Bronco…
Ahhhh…
Veamos. La Hora Nacional nació el 25 de julio de 1937, con la idea de que el gobierno federal pudiera “estrechar la comunicación con la sociedad y fortalecer la integración nacional a través del idioma, la cultura, las tradiciones y la creación artística (…) La Hora Nacional ha pasado por diversas etapas. Por un tiempo, difundió música clásica, en otra época música popular y, en algunas ocasiones, realizó controles remotos desde diversos puntos de la República”, señala el sitio oficial de la legendaria emisión que durante 30 añotes se transmitió en vivo. Ya después le bajaron a la intensidad y se comenzaron a emitir sesiones grabadas, todas con ese fino toque somnífero que le caracteriza. Pero, nuevamente, ¿por qué no proponer cambiar el formato? material tienen:
Recordemos que otra cosa que El Bronco ha prometido mochar es la Secretaría de Desarrollo Social… y no porque desde ahí -“dicen”- se han cometido los desvíos y desapariciones de presupuesto más manchadas de los últimos años… sino porque dice no necesita de tanta burocracia para “repartir dádivas, nos sale más caro la burocracia que lo que repartimos”.
