El día de ayer el presidente Peña Nieto encabezó un evento en el que se hizo un homenaje a los tres policías que murieron en el cumplimiento de labores de ayuda a los damnificados por el fenómeno meteorológico «Manuel».
Los policías venían en el Black Hawk que trágicamente cayó durante una misión de rescate en el estado de Guerrero.
Aún faltaban los restos de Isaac Escobar, puesto que su cuerpo no había sido encontrados, debido a las malas condiciones que los ciclones aún mantienen en las costas de Guerrero. Por otro lado, según el Unviersal, el Comisionado Nacional de Seguridad, Manuel Mondragón, expresó que ya fueron encontrados los que podrían ser los restos del policía caído.
Estos policías tenían experiencia en rescates y eran pilotos excelentes que no habían tenido incidente alguno anteriormente a la tragedia que les quitó la vida.
En un momento drástico, Enrique Briceño, quién había participado en operativos de seguridad en Michoacán y Tamaulipas y que era quien piloteaba la nave, perdió contacto con la base. El sábado fue catalogada como«ilocalizable». Al día siguiente se dio la noticia: el Black Hawk se estrelló y todos los tripulantes murieron.
Antes del accidente, Briceño y su compañero Desiderio Rosado Zárate, ya habían logrado salvar a personas damnificadas en el municipio de Atoyac.
Al final de la ceremonia que se les hizo ayer, el presidente hizo guardia de honor, junto al gobernador de Guerrero, el procurado José Murillo, y los secretarios Salvador Cienfuegos , Vidal Francisco Soberón y Miguel Ángel Osorio Chong y sonó el himno Nacional.