Hace unos meses celebrábamos una de las grandes noticias de la ciencia. Apenas a inicios de este 2022, un hombre de 57 años recibía un trasplante de corazón de cerdo modificado. Ese procedimiento extremadamente experimental era la única esperanza para salvarlo de una enfermedad cardiaca terminal.
Sin embargo, aquella emocionante historia tuvo un final triste.
El hombre, un constructor llamado David Bennet, falleció en marzo, dos meses después del trasplante y ahora, gracias a una investigación más profunda, se identificó la causa de su muerte.
Su cirujano, el doctor Bartley Griffith de la Universidad de Maryland, confirmó que el paciente murió por un virus porcino. El Technology Review —una publicación del MIT— reportó que se trató de un contagio inesperado de un virus llamado cytomegalovirus, que proviene de los cerdos.
Después de la operación, el corazón trasplantado funcionaba perfecto, pero con el avance de los días, su condición fue empeorando.
“Estamos empezando a entender por qué falleció”, explicó el doctor en una conferencia de la Sociedad Americana de Trasplantes. “Creemos que el virus fue el actor que desató las complicaciones”.
Lo más complicado de la historia es que, aparentemente, el contagio era prevenible. Se supone que el corazón de puerco que se utilizó para el trasplante —con algunas modificaciones genéticas— fue desarrollado en un laboratorio, así las fallas se presentaron en el proceso de pruebas. Nunca detectaron la presencia de este virus porcino.
El futuro de los Xenotrasplantes
El trasplante de este corazón de cerdo prometía ser el paso más importante en la historia de los xenotrasplantes, el trasplante de órganos provenientes de otra especie. Que saliera mal presenta dudas importantes, pero no todo son malas noticias.
Griffith, el cirujano, explicó que, si pueden detectar la presencia del virus porcino, un corazón como este podría seguir latiendo por muchísimos años. “Si la falla del órgano se debía a la presencia del cytomegalovirus, podremos prevenirla en experimentos futuros”, señaló en su conferencia.
Eso sí, aunque son prometedoras esperanzas para la ciencia, también surgen importantes preguntas.
Aunque este virus porcino no se podía transmitir a los humanos —en este caso se quedó enfocado en el corazón—, los xenotrasplantes podrían también traer consecuencias inesperadas: una pandemia o un virus nuevo, que venga de animales y se adapte en pacientes.
Mientras las cuestiones futuras se deciden, el caso de David Bennet quedará para siempre en la historia. Además de ser el primero en recibir un corazón de cerdo, recordaron que no solo se trataba de un experimento que podría cambiar la humanidad.
“De camino al quirófano bromeaba que si no habíamos podido conseguir un corazón de humano”, recordaron sus doctores.