Lo que necesitas saber:
Detuvieron al Mayo Zambada y acá recordamos la entrevista que alguna vez le hizo el periodista mexicano Julio Scherer.
Al parecer este jueves 25 de julio detuvieron a Ismael “El Mayo” Zambada en El Paso, Texas, en Estados Unidos, o al menos eso es lo que ha informado el Departamento de Justicia de Estados Unidos sobre el líder del Cártel de Sinaloa, por eso acá queremos recordarles la entrevista histórica que dio al periodista Julio Scherer.
La entrevista de Julio Scherer al Mayo Zambada
Fue al periodista Julio Scherer de la revista Proceso que el narcotraficante Ismael “El Mayo” Zambada decidió dar una entrevista histórica en 2010. Una historia que sigue sorprendiendo hasta ahora por ser uno de los mayores líderes criminales de México y el mundo.
Acá algunas de las frases de esta mítica entrevista:
“Por ahora no quiero hablar de él”
Después de contar el traslado que tuvo que pasar y los momentos previos a conocer al líder del Cártel de Sinaloa, Julio Scherer señala que lo primero que le preguntó al “Mayo” Zambada fue sobre su hijo Vicente o “El Vicentillo”:
“Es mi primogénito, el primero de cinco. Le digo ‘Mijo’. También es mi compadre”.
“Tengo a mi esposa, cinco mujeres, quince nietos y un bisnieto. Ellas, las seis, están aquí, en los ranchos, hijas del monte, como yo. El monte es mi casa, mi familia, mi protección, mi tierra, el agua que bebo. La tierra siempre es buena, el cielo no”.
Pero cuando el periodista quiso saber más sobre “El Vicentillo” y su extradición a Estados Unidos, Zambada se negó:
“Por ahora no quiero hablar de él. No sé si está en Chicago o Nueva York. Sé que estuvo en Matamoros”.
“Hoy no voy a hablar de ‘Mijo’. Lo lloro”.
“Todos mienten“
Luego de negarse a hablar más sobre su hijo, el “Mayo” Zambada le confesó a Scherer que había leído sus libros y que él no mentía como otros medios, incluso como la revista Proceso para la que el periodista escribía:
“Todos mienten, hasta Proceso. Su revista es la primera, informa más que todos, pero también miente”.
Se refería a la boda a la que supuestamente había asistido Sandra Ávila, “La Reina del Pacífico” y en la que supuestamente estuvo presente Joaquín Guzmán Loera “El Chapo”:
“Reseñó un matrimonio que no existió… (Proceso) Dio hasta pormenores de la boda… Supe de la fiesta, pero fue una excepción en la vida del Chapo. Si él se exhibiera o yo lo hiciera, ya nos habrían agarrado”.
“Tengo pánico de que me encierren”
Aprovechando que el narcotraficante mencionó una posible detención, Julio Scherer le preguntó si alguna vez había estado a punto de ser arrestado por el Ejército:
“Cuatro veces. El Chapo más… Arriba, sobre mi cabeza. Hui por el monte, del que conozco los ramajes, los arroyos, las piedras, todo. A mí me agarran si me estoy quieto o me descuido, como al Chapo. Para que hoy pudiéramos reunirnos, vine de lejos. Y en cuanto terminemos, me voy”.
¿Le tenía miedo a que lo arrestaran?:
“Tengo pánico de que me encierren”
Por eso le preguntó si se atrevería a terminar con su vida antes de que lo detuvieran:
“No sé si tuviera los arrestos para matarme. Quiero pensar que sí, que me mataría”.
“Cargo miedo”
Julio Scherer cuenta que a todos los familiares del “Mayo” Zambada les gustaban las fiestas, se reunían en discos, lugares públicos, pero el líder del Cártel de Sinaloa no podía acompañarlos, que no podía estar en los cumpleaños, en los quince años y mucho menos disfrutar de la música y el baile:
“Cargo miedo”.
“¿Todo el tiempo?”, pregunta el periodista y le pregunta si cree que alguna vez lo atraparían:
“En cualquier momento o nunca… Hasta hoy no ha aparecido por ahí un traidor”
“Nomás”
El periodista de Proceso intenta sacar más palabras del “Mayo” y se atreve a preguntarle sobre cómo empezó en el narcotráfico. La respuesta es corta y sin más detalles:
“Nomás”.
“El narco está en la sociedad, arraigado como la corrupción”
En 2010, si se acuerdan, se vivía la famosa guerra contra el narco impulsada por el entonces presidente Felipe Calderón. Por esta misma razón, Scherer se atreve a preguntarle qué cree que pasaría si lograran detenerlo o hasta matarlo:
“Un día decido entregarme al gobierno para que me fusile. Mi caso debe ser ejemplar, un escarmiento para todos. Me fusilan y estalla la euforia. Pero al cabo de los días vamos sabiendo que nada cambió… El problema del narco envuelve a millones. ¿Cómo dominarlos? En cuanto a los capos, encerrados, muertos o extraditados, sus reemplazos ya andan por ahí”
¿Una referencia a Genaro García Luna?:
“Al presidente, además, lo engañan sus colaboradores. Son embusteros y le informan de avances, que no se dan, en esta guerra perdida”.
“¿Por qué perdida?”, se atreve a preguntar el periodista:
“El narco está en la sociedad, arraigado como la corrupción”.
“Yo me dedico a la agricultura y a la ganadería”
El “Mayo” Zambada decía que se dedicaba a la agricultura y a la ganadería, pero que si le salía un negocio en Estados Unidos…
“Yo me dedico a la agricultura y a la ganadería, pero si puedo hacer un negocio en los Estados Unidos, lo hago”.
“Son tonterías”
Scherer quería saber de cuánto era la fortuna de Ismael Zambada, o al menos darse una idea comentándole que “El Chapo”, en ese entonces, aparecía en la revista Forbes de los hombres millonarios del mundo:
“Son tonterías… Ya le dije. Son tonterías”.
“El Chapo Guzmán y yo somos amigos“
El momento llegó y el periodista le preguntó sobre Joaquín Guzmán Loera, el narcotraficante más poderoso y famoso del mundo en 2010, e incluso se atrevió a cuestionarle si era verdad que él lo había esperado afuera de Puente Grande cuando escapó:
“El Chapo Guzmán y yo somos amigos, compadres y nos hablamos por teléfono con frecuencia. Pero esa historia no existió. Es una mentira más que me cuelgan. Como la invención de que yo planeaba un atentado contra el presidente de la República. No se me ocurriría”.
Después de esto, “El Mayo” sorprende a Scherer preguntándole si a él le gustaría conocer al “Chapo”; obviamente el periodista responde que sí y el narcotraficante le dice que lo llamaría para saber si podía conocerlo.
Al final de la entrevista, Ismael “El Mayo” Zambada se tomó la famosa foto junto a Julio Scherer, tantas veces criticada por el gobierno de Felipe Calderón.
