La ONU reconoce explícitamente el derecho humano al agua. De hecho, el organismo internacional establece —junto a la Organización Mundial de la Salud (OMS)— unos estándares mínimos para garantizar que el acceso al líquido vital sea suficiente en todas las comunidades “A través de la Resolución 64/292, la Asamblea General de las Naciones Unidas reconoció explícitamente el derecho humano al agua y al saneamiento, reafirmando que un agua potable limpia y el saneamiento son esenciales para la realización de todos los derechos humanos. La Resolución exhorta a los Estados y organizaciones internacionales a proporcionar recursos financieros, a propiciar la capacitación y la transferencia de tecnología para ayudar a los países, en particular a los países en vías de desarrollo, a proporcionar un suministro de agua potable y saneamiento saludable, limpio, accesible y asequible para todos”, explican en su sitio wev
Pese a lo establecido por la ONU, la realidad es muy diferente. La vida diaria de la comunidad 5 de Noviembre, ubicada en el municipio de Zapopan, en Jalisco, dista mucho de lo que la comunidad internacional consideraría mínimo. Según una encuesta que realizó la organización TECHO, que trabaja por la superación de la pobreza en asentamientos precarios a través de diferentes programas como vivienda, hábitat y agua y saneamiento, entre otras, la comunidad presenta enorme precariedades hídricas.
El consumo promedio por persona en la comunidad es un tercio de lo recomendado por la ONU.
Mientras que la ONU aconseja un consumo promedio mínimo por persona de 50 litros al día, en 5 de Noviembre el consumo es de 12.4 litros. De hecho, el consumo de 50 litros que recomienda la ONU es sólo para consumo básico (beber, cocinar y aseo personal) mientras que las familias utilizan los 12.4 litros para usos básicos pero también domésticos.
Las mujeres son las más involucradas en el acarreo de agua.
La tarea de acarrear de agua representa un asunto de género, ya que la participación de la mujer en el acarreo cuando falla el suministro es del 33.3%, mientras que la del hombre es del 7.7%.
Del porcentaje restante, 28.2% es participación es de toda la familia, 5,1% no hace nada, un 12,8% toma otras alternativas y el 12,6% restante no acarrean.
La mayoría de la comunidad invierte más tiempo de lo sugerido por la ONU en el acarreo de agua.
El 64.1% dice invertir más de media hora, límite máximo sugerido por la ONU.
Solo 3 de cada 10 pobladores de 5 de noviembre tienen acceso a infraestructura hídrica comunitaria.
El resto accede al agua a través de pipas o del intercambio con otras viviendas. Según la ONU, toda la población debería contar, al menos, con acceso a infraestructura de saneamiento.
Nadie en 5 de Noviembre tiene acceso a saneamiento básico.
De acuerdo con datos de la ONU, toda la población debería contar, al menos, con acceso a infraestructura de saneamiento básico (drenaje de aguas negras), sin embargo, en 5 de Noviembre, el tratamiento de aguas negras es a través de fosas sépticas; éstas suelen ser inseguras, insalubres y ambientalmente perjudiciales.
No existe organización comunitaria en temáticas de agua.
De acuerdo con el objetivo 6 de los objetivos de Desarrollo sostenible, la participación comunitaria es fundamental para la gestión del agua y el saneamiento. La situación en 5 de Noviembre, refleja la ausencia de organismos que promuevan dicha organización.
Frente a la carencia hídrica, el 94.87% del agua es reutilizada para otras actividades por las familias.
La comunidad paga más de lo establecido
El Programa de la Naciones Unidas para el Desarrollo sugiere que el costo no supere el 3% de los ingresos del hogar, sin embargo, en 5 de Noviembre las familias invierten MXN 165.5 mensuales, lo que representa un 4.25% de sus ingresos promedios de aproximadamente 4 mil pesos.